Admonición de San Francisco, el pobre de Asís, sobre el Cuerpo del Señor

Posted by: Lotario de Segni

Eucaristía 04 (03)

A todos los Guardianes de los Frailes Menores que recibirán estas cartas, saluda el hermano Francisco, vuestro humilde servidor en Nuestro Señor, en nombre de esos signos nuevos (los sagrados misterios eucarísticos) del cielo y de la tierra, que son a los ojos de Dios, grandes y excelentes y que tantos religiosos y otras personas no saben gustar.

Os conjuro, más que si se tratara de mí mismo, para que cuando creáis que sea necesario, supliquéis humildemente a los clérigos
para que hagan su deber y veneren, por encima de todas las cosas, el muy santo Cuerpo y la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, su santo Nombre, sus palabras escritas y las fórmulas de la consagración. Los cálices, los corporales, los ornamentos del altar y todo lo concerniente al Sacrificio, que los traten como cosas preciosas. Y si en algún lugar, el muy santo Cuerpo del Señor está pobremente alojado, con orden de la Iglesia que lo coloquen en un lugar adecuado, llevándolo con gran veneración y administrándolo prudentemente a los demás.

En cuanto al Nombre y las palabras escritas del Señor, siempre que los encuentren en lugares inadecuados, que los recojan llevándolos a un sitio digno. Y en toda predicación que hagáis,
decid al pueblo que haga penitencia, advirtiéndole que no podemos salvarnos si no recibimos el muy santo Cuerpo y Sangre del Señor.
Y durante el Sacrificio de la Misa o cuando se le lleva a alguna parte, que todo el mundo, de rodillas, rinda honores y alabanzas al Señor Dios vivo y verdadero.

Anunciad y predicad sus grandezas a todos, para que todos, por toda la tierra, a toda hora y al son de las campanas, rindan siempre gracias y homenajes al Dios Todopoderoso.
Y todos mis hermanos Guardianes que recibirán este escrito, que lo copien, que lo guarden y que lo den a los demás hermanos; todos los que tengan el cargo de predicar o de cuidar hermanos, lo harán copiar, y
predicarán hasta el fin todo lo que contiene; y sepan que tendrán la bendición de Dios Nuestro Señor y la mía. Y esto en virtud de la verdadera obediencia. Amén.

Fuente: Manual Franciscano, Admonición de San Francisco de cómo deben los hermanos conducirse en el mundo, editado por la Tercera Orden Franciscana del Convento de San Francisco, Buenos Aires, 1925