Celebrar al Papa

Posted by: Lotario de Segni

Benedicto XVI 02 (03)

Hoy todo cristiano católico celebra con júbilo y acción de gracias el natalicio del Santo Padre. Él mismo en su autobiografía lo cuenta así: “nací el 16 de abril de 1927, Sábado Santo, en Marktl am Inn. Se recordaba con frecuencia en mi familia que el día de mi nacimiento era el último de Semana Santa y se celebraba la vigilia de Pascua, así como que fui bautizado a la mañana siguiente, con el agua apenas bendecida en la noche pascual.”
 
Ahora bien, ¿qué sentido tiene recordar y alegrarse por el cumpleaños del Papa? Tiene un sentido que va más allá del sentimentalismo que a menudo, y sobre todo con Papas anteriores, parece mover a ciertas personas a manifestar con gritos, saltos y cánticos su afecto por aquel
“viejecito simpático”, por aquel “abuelito bueno” que vive en Roma. Y es que más allá de estas concepciones modernas, y también modernistas, el Romano Pontífice ES el Padre de los Príncipes y Reyes, el Pastor del Universo y el Vicario en la tierra de Nuestro Señor Jesucristo, según rezaba la fórmula de coronación que se utilizó hasta 1963.
 
Aún hoy día estas prerrogativas del Santo Padre siguen en pie aunque ya no sea coronado. Porque como Padre de los Príncipes y Reyes, él tiene el derecho de aconsejar, amonestar y mandar en nombre de Dios a todos los gobernantes del Orbe, los cuales están significados en las palabras Príncipes y Reyes; y éstos, a su vez, tienen el deber de escuchar y obedecer la voz augusta del Soberano Pontífice para acertar a gobernar sus países según el querer de la Divina Providencia y procurar así el bien común de todos.  
 
Como Pastor del Universo el Papa goza de potestad ordinaria e inmediata sobre todas y cada una de las iglesias del universo y sobre todos y cada uno de los Pastores y fieles, y como tal debe ser respetado, venerado, obedecido, amado y celebrado con gran piedad, pues él es quien fue puesto para guiar como faro luminoso a toda la grey de Jesucristo, la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana.
Al ser Vicario de Jesucristo el Papa tiene el supremo deber de dar testimonio de la verdad íntegra y auténtica, no enturbiada por tiniebla alguna ni plegada a ninguna condescendencia y jamás separada de la caridad de Jesucristo, que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la Verdad. De aquí que nunca un Papa puede enseñar
ex cathedra algo que esté en contra de la verdad, porque asistiéndolo el Espíritu Santo en este supremo momento de la plenitud de su poder espiritual, no pude darse error alguno pues Dios no se equivoca.
 
Así al celebrar y alegrarse por el natalicio del Santo Padre, el buen católico se alegra y agradece a Dios por conceder a la humanidad seguridad de recibir sus divinos preceptos a través de un hombre como nosotros, pero que por elección divina y mediante su fidelidad al querer de Dios y a la única verdad revelada por Jesucristo, es constituido en columna firmísima y baluarte de la fe verdadera para salvación de todos los que busquen y guarden esta verdadera fe.

Fuentes: El Papa Benedicto XVI, un sencillo y humilde trabajador en la viña del Señor; ed. San Pablo, 2005
Corona de Gloria, vida del papa Pío XII; ed. Espasa-Calpe s.a.; Madrid, 1958
S.S. Pío XII,
Alocución del 12 de Marzo de 1939