Cómo prepararnos a la Sagrada Comunión (XXI)

Posted by: Nycticorax

Comunión 02 (04)
Congreso Eucarístico de Buenos Aires, Comunión de los niños 11 de Octubre de 1934

Después que hubiere recibido esta sagrada hostia, deténgala un poquito en la boca hasta que se humedezca, porque así la pueda más fácilmente pasar. Porque si esto no se hace, muchas veces acaece pegarse al paladar y poner tanto cuidado en despegarla, que por atender a esto deja el hombre de pensar en lo que aquel tiempo requiere.
(…) Ni debe comer luego acabada la comunión, porque aunque esto no sea pecado, no deja de ser irreverencia, estando aun las especies sacramentales enteras en el pecho, cargarlas luego de otros manjares; mayormente que aquel tiempo que sigue después de la comunión es el mejor que hay para negociar con Dios y para abrazarle dentro de su corazón. Y así, debe el hombre estar este tiempo en la iglesia o donde comulgó dando gracias al Señor por este beneficio y ocupando su corazón en santos pensamientos y oraciones.

Y en ninguna manera haga lo que hacen muchos, que es, acabando de comulgar, ir luego a parlar y reír con otros. Esto tengo por un grande desacato y digno de grande reprensión. Porque ¿qué más mala crianza puede ser que, acabado de recibir un tal huésped en vuestra casa, le volváis luego las espaldas y le dejéis con la palabra en la boca y os vayáis a parlar con otros?
Y además de esto, dice el cardenal Cayetano que este sacramento comunica su virtud al alma que lo recibe no sólo cuando actualmente lo recibe, sino por todo aquel tiempo que las especies sacramentales están enteras en el pecho del hombre, para que aquí se pueda también decir aquello que el Señor dijo:
Mientras estoy en el mundo, soy la luz del mundo.

Y si esto es así, como este doctor presume, hay mucha razón para que por todo este espacio esté el hombre muy recogido y devoto, para que así se le comunique con mayor abundancia esta gracia celestial, pues, como arriba dijimos, este sacramento obra conforme a la disposición que en las almas halla.
Y porque las principales puertas por donde muchas veces se nos entran las influencias del Espíritu Santo son el entendimiento y la voluntad, dando al entendimiento mayor luz y a la voluntad mayor sentimiento de las cosas de Dios, no es razón que estas dos tan principales puertas estén cerradas en este tiempo, lo cual hace quien de propósito se divierte entonces a otras cosas.

Fuente: Fray Luis de Granada O.P., Obra Selecta