Cuán falsa y engañosa es la felicidad de este mundo (I)

Posted by: Nycticorax

Discoteca 01 (01)

Mirando atentamente al mundo con toda su felicidad, hallo en él estas seis maneras de males que nadie me podrá negar; conviene a saber: brevedad, miseria, peligros, ceguedades, pecados y engaños, con los cuales anda acompañada esta su felicidad, por donde claramente se verá lo que ella es. Pues de cada cosa de éstas trataremos ahora aquí brevemente por su orden.

1) Por la brevedad de esta vida
: Comenzando, pues, ahora por la brevedad, no me podrás negar que toda la felicidad y suavidad del mundo, cualquiera que ella sea, a lo menos es breve. Porque la felicidad del hombre no puede ser más larga que la vida del hombre. Y pues la más larga vida de los hombres apenas llega a cien años. Mas ¿cuántos son los que llegan hasta aquí? He visto yo obispos de dos meses, y sumos pontífices de uno, y recién casados de una sola semana; y de estos ejemplos leemos muchos en los tiempos pasados y vemos cada día muchos en los presentes.

Mas te concedemos ahora que sea muy larga tu vida. Demos, dice San Juan Crisóstomo, cien años a los pasatiempos del mundo, y añade a éstos otros cien, y aun otras dos veces cien: ¿qué tiene que ver todo esto con la eternidad?
Si muchos años, dice Salomón, viviere el hombre y en todos ellos le sucedieren las cosas a su voluntad, debería acordarse del tiempo tenebroso y de los días de la eternidad (Eclo 11, 8), los cuales, cuando vinieren, ha de verse claro cómo todo lo pasado fue vanidad. Porque en presencia de una eternidad, toda felicidad, por grandísima que haya sido, vanidad parece, y así lo es.

Esto confiesan aun los mismos malos en el libro de la Sabiduría, diciendo que, acabando de nacer, luego dejaron de ser. Mira, pues, cuán breve parecerá entonces a los malos todo el tiempo de esta vida, pues realmente allí se les figurará que ni apenas vivieron un día, sino que luego fueron trasladados del vientre a la sepultura. De donde se sigue que todos los placeres y contentamientos de este mundo les parecerán allí unos placeres soñados que parecían placeres y no lo eran.

Fuente: Fray Luis de Granada O.P., Obra Selecta