El liberalismo es pecado

Posted by: Lotario de Segni

San Ezequiel Moreno
San Ezequiel Moreno

El liberalismo es el rechazo de aceptar una verdad o una ley que sea impuesta al hombre desde fuera de él. De allí, que a cada hombre su verdad.
Él emancipa al hombre de Dios, de su ley y de su revelación y por tanto desliga a la sociedad civil de toda dependencia de la sociedad religiosa, o sea la Iglesia, que es, por disposición de Dios, la guardiana de la ley revelada y su intérprete y maestra.

La libertad, dice León XIII, don excelente de la naturaleza, propio y exclusivo de los seres racionales, confiere al hombre la dignidad de estar en manos de su albedrío y de ser dueño de sus acciones.
Pero lo más importante en esta dignidad es su modo de ejercicio, porque del uso de la libertad nacen los mayores bienes y mayores males.

En consecuencia:
a) La libertad no es el bien supremo, puesto que puede obrar el bien y obrar el mal.
b) No es perfección de la libertad poder obrar el mal, puesto que Dios, ser perfectísimo, no puede hacerlo.
c) La base de la libertad es la espiritualidad del alma.

¡Qué muerte peor para el alma que la libertad del error! decía San Agustín. Por ello el liberalismo es, en el orden de la doctrina, pecado contra la fe; en el orden de los hechos, es la infracción radical y absoluta porque autoriza y sanciona todas las otras; es la moral independiente de que habla León XIII.

Con todo, el
liberalismo presenta grados:
1) Absoluto: Nada sobre la razón humana, individual o social. Su fórmula en lo social es: supremacía del Estado sobre la Iglesia.
2) Moderado: Se reconoce al Dios que habla por la razón, pero no por la Revelación, o si se reconoce esta, sólo en el fuero privado, no en la vida pública. En ésta proclama la separación de la Iglesia y el Estado.
3) Catolicismo liberal: Es la inconsecuencia misma. Llega a la misma posición, no tanto como verdad de derecho sino como solución práctica.

El catolicismo liberal nació de un deseo exagerado de poner conciliación y paz entre doctrinas que forzosamente y por esencia propia son inconciliables enemigas. Estos liberales, que se dicen católicos, son tales porque juzgan que esta creencia suya no les debe ser impuesta a ellos ni a nadie por otro motivo superior que el de su libre apreciación. De suerte que sin sentirlo ellos mismos, se encuentran con que el diablo les ha sustituido arteramente el principio sobrenatural de la fe por el principio naturalista del libre examen. Con lo cual, aunque juzgan tener fe en la verdades cristianas, no tienen tal fe en ellas, sino simple convicción humana, lo cual es esencialmente distinto.

Reglas prácticas para combatir al
liberalismo:
a) Conservar viva la tradición católica.
b) Seguir el ejemplo de los santos.
c) Oponerse a los enemigos de la Iglesia.
d) Tener gran cuidado con la "linea media".

Para terminar recordemos unas palabras de San Ezequiel Moreno, obispo de Pasto, Colombia:
"Confieso una vez más que el liberalismo es pecado, enemigo fatal de la Iglesia y del reinado de Jesucristo, y ruina de los pueblos y naciones; y, queriendo señalar esto, aún después de muerto, deseo que en el salón donde se exponga mi cadáver, y aún en el templo, durante las exequias, se ponga a la vista de todos un cartel que diga: EL LIBERALISMO ES PECADO".

Fuente: M. Roberto Gorostiaga