Fiesta del Corpus Christi (II)

Posted by: Juan Sobiesky

Eucaristía 06 (06)

3. Su amor también es desinteresado. Al instituir Cristo Nuestro Señor la Eucaristía, ¿qué esperaba de los hombres? Mientras su corazón agotaba, por decirlo así, su generosidad y ternura, ¿qué le preparaban los hombres? «En la noche en que iba a ser entregado...» En el momento mismo en que los judíos maquinaban su muerte y Judas busca cómo entregarle a sus enemigos..., cuando se presentan a su mente divina los atentados presentes y las profanaciones sacrílegas del porvenir, entonces es cuando Él lleva su amor a los hombres hasta los confines del infinito: «Los amó hasta el extremo.»

4. ¿Y qué se propone con ello Jesucristo? Vencer el exceso de la perversidad del hombre con el exceso de la bondad de Dios. Los hombres le rechazan, ya están prontos a pedir su muerte, y Él se encadena perpetuamente, digámoslo así, entre ellos, para no dejarlos jamás. Los hombres parecen empeñarse en obligar a Dios a herirlos sin misericordia, y Jesús quiere interponerse, como víctima de expiación, mediante un sacrificio perpetuo entre la justicia del Padre y los delitos de los hombres. Ellos no pueden soportar su vista, y Él parece como que nos los puede abandonar; y no se creerá bastante cerca de ellos mientras no les dé a comer su Carne y a beber su Sangre. Quiere servir de alimento a sus almas; quiere comunicarles su vida divina, que refluirá en sus mismos cuerpos, puesto que, en su virtud, los resucitará en el último día. He aquí los designios de su amor en este misterio: estar siempre con los hombres, sacrificarse continuamente por ellos, unirse a ellos y transformarlos en Él. ¿Puede llegar a más el amor de Cristo al hombre?

Fuente: P. Saturnino Oses, S.J., Horas de Luz