La Sagrada Familia

Posted by: Laudem Gloriae

Sagrada Familia 05 (05)

Quiere la Iglesia que, además de los días dedicados a festejar separadamente al Niño Jesús, a María Santísima y al Patriarca San José, se haga recuerdo hoy de los tres juntos, como formando la familia tipo, ejemplar y modelo de lo que debe ser, según Dios y el Evangelio, la familia cristiana de nuestros tiempos.
En este concepto se venera hoy al
hijo de Dios como hijo de familia, a María como madre de familia, y a José como padre y jefe de familia; y se recuerda a los padres y a las madres y a los hijos atolondrados de hoy, su condición de tales y sus respectivos y mutuos deberes, y la obligación de todos juntos para con Dios.
Esto ha tenido presente la Iglesia al renovar con la fiesta de la Sagrada Familia el hermoso ideal de la antigua familia cristiana, a la que anhela reconducir otra vez al mundo, hijo pródigo y prófugo de ella, que ha convertido al hogar en un hotel, si es rico, o en un figón, si es pobre.

Los
hijos, deben a sus padres: respeto (reconociéndolos como superiores suyos y tratándolos con consideración y reverencia, no hablándoles con arrogancia, no injuriándolos, no tomándose con ellos libertades ni despreciándolos por ningún motivo); amor (un amor sincero, íntimo, manifestado exteriormente, sin desearles mal alguno, ni maltratarlos de palabra o por obra); obediencia (sincera y consciente, pronta y gustosa en todo lo bueno y razonable); asistencia (en las necesidades materiales y espirituales, enfermedades, pobreza, vejez, etc. Procurándole los Sacramentos al morir y rezando y ofreciendo sufragios por ellos después de muertos).

Los
padres deben a sus hijos: amor (un amor sobrenatural y santo, libre de egoísmos, sincero y sacrificado, sin debilidades ni claudicaciones, ni preferencias notables e irritantes); educación: (física, atendiendo a las necesidades del cuerpo, pero sin mimos ni melindres; intelectual, proporcionándole los medios para una carrera, si está a su alcance, o para una instrucción conveniente y cristiana que los habilite y prepare para la vida; moral, a base de formación religiosa, de corrección oportuna, de preservación de los peligros); buen ejemplo (en casa y fuera de casa, en el hablar y en el obrar, y muy principalmente en el cumplimiento de los deberes de buen cristiano); corrección continua (unida a una continua vigilancia, prudente y oportuna, sin debilidades ni asperezas, antes de la falta para preservarlos de la caída, y después de la falta para curarlos). No son verdaderos y ejemplares padres los que no tienen en cuenta estos sagrados deberes para con sus hijos.

Los
cónyuges entre sí: amor y apoyo mutuos, mutua ayuda y condescendencia mutua, fidelidad mutua, tolerancia mutua, cohabitación habitual, débito conyugal mutuo y lícito. El marido es el jefe natural de la familia y el más responsable de la misma, y a él le deben la esposa y los hijos obediencia, respeto y acatamiento en todo lo bueno y justo; y él, a su vez tiene obligación de trabajar por el hogar, dar a todos buen ejemplo, amarlos paternalmente y ampararlos. La mujer comparte la responsabilidad y la autoridad con el marido, vigila toda la marcha de la casa, responde de la moralidad de sus habitantes y del cumplimiento de las leyes eclesiásticas; debe ser hacendosa, ahorradora, casera, dulce.

Fuente: Cf. Andrés Azcárate, Misal diario para América