La perfecta alegría (II)

Posted by: Lotario de Segni

San Francisco de Asís 05 (41)

(...viene de parte I)
Y como continuase hablando de esta suerte unas dos millas, Fray León, muy maravillado, preguntó a San Francisco:
 
– Padre, ruégote de parte de Dios que me digas donde está la verdadera alegría.
Y San Francisco contestó:
 
– Cuando lleguemos a Santa María de los Ángeles calados por el agua y helados por el frío y cubiertos de barro y afligidos por el hambre y llamemos a la puerta del lugar y el portero vendrá enfadado y nos dirá: “¿quién sois?”. Y cuando digamos nosotros: “somos dos de vuestros hermanos”. Y él contestará: “mentís; sois dos bribones que andáis por el mundo engañando y robando las limosnas de los pobres; fuera de aquí”; y no nos abrirá y nos hará quedar fuera, en medio de la nieve, del agua y del frío y con hambre hasta que sea de noche; entonces, si a tanta injuria, a tanta crueldad y a tantos vituperios nos sostenemos pacientemente sin turbarnos y sin murmurar de él, pensando humilde y caritativamente que aquel portero nos conoce y que Dios le hace hablar contra nosotros, ¡oh Fray León!, en esto estará la verdadera alegría. Y si perseveramos llamando a la puerta y sale él turbado y como a molestos inoportunos nos eche con villanías y bofetadas, diciendo: “largo de aquí, ladronzuelos vilísimos; idos al hospital, que aquí no comeréis ni os albergareis”, y nosotros lo sostendremos pacientemente y con alegría y con amor, Fray León, escribe que en esto habrá perfecta alegría. Y si acuciados por el hambre, por el frío y por la noche volvemos a tocar y llamemos y roguemos por amor de Dios con gran llanto que nos abra y nos meta dentro, y aquel, escandalizado, diga: “estos sí que son bribones inoportunos: ya les daré la paga que se merecen”, y sale afuera con un palo nudoso y tomándonos por la capucha nos eche al suelo sobre la nieve y nos golpee duramente; si entonces nosotros sostenemos todas estas cosas con alegría, pensando en las penas de Cristo bendito que tenemos que sostener por su amor, ¡oh Fray León! Escribe que aquí se hallará la perfecta alegría; pero ahora atiende a la conclusión, ¡oh Fray León!:
sobre todas las gracias del Espíritu Santo que Cristo concede a sus amigos, está la de vencerse a sí mismo y de buen grado sostener penas, injurias, oprobios y desprecios por su amor; porque no podemos gloriarnos de los demás dones, porque no son nuestros sino de Dios; de donde dice el Apóstol: “¿qué tienes tú que no lo hayas recibido de Dios? Y si lo has recibido, ¿por qué te glorías como si fuese tuyo?” Pero en la cruz de la tribulación y de la aflicción nos podemos gloriar porque esto es nuestro, y por esto dice el Apóstol: “yo no quiero gloriarme sino en la cruz de Nuestro Señor Jesucristo”.

Fuente: Francisco Sureda Blanes, Las Florecillas de San Francisco de Asís-El Cántico del Sol, ed. Espasa-Calpe, quinta edición, 1978