Santidad Argentina (XI)

Posted by: Corim

Madre María Benita Arias 07 (05)

Madre María Benita Arias. Décima parte.
 
En la entrega anterior hemos seguido a la Madre por sus fundaciones y sus obras en beneficio de los que sufren en el cuerpo o en el alma. Ahora vamos a comenzar a recorrer los últimos días de la Madre Benita en este destierro de la vida, para concluir con su santa y edificante muerte en la que ella hace perfecta oblación de todo su ser en las manos del Creador.
 
El agravamiento del estado de salud de la Madre tiene su origen en un incendio que tuvo lugar en la Navidad del año 1893. El fuego comenzó en el pesebre que la Madre había mandado a construir en la capilla
“La Casa de Jesús”, pues quería que la Navidad se celebrase con la mayor pompa posible para adorar al Niño Dios que nace por nuestra salvación. Es así, que le encarga a la hermana Carlota Eizaga la realización del mismo. Y esta Hermana no escatimó esfuerzos ni recursos para que la obra quede perfecta para la gloria del Niño de Belén: telones primorosamente pintados, macetones con hermosas plantas, estrellas, ángeles, etc. Para iluminar y realzar esta obra se dispusieron varias velas que daban al conjunto un hermoso realce.
 
Pasada la Nochebuena, y llegado el mediodía del 25, se desencadenó un voraz incendio en el pesebre que pronto se propagó por toda la capilla, la portería, la sacristía, etc., dejando todo a su paso convertido en cenizas: el armonio, puertas, ventanas, altares, imágenes, sagrario, muebles, bancos, etc. La Madre se encontraba en su celda acompañada por otra hermana, ya que había pasado todo la noche en oración en la Capilla. Dicha celda lindaba con el recinto donde se encontraba el pesebre. El fuego también invadió ese lugar, salvándose la Madre y la Hermana por milagro.
 
Así cuenta la Madre Benita al obispo lo sucedido:
“Durante el incendio, yo me encontraba en mi celda con otra hermana ya por salir, cuando me dijo: ¡Mire, Madre, el pesebre se quemó! La fuerza de las llamas nos abrió la puerta que divide mi celda del pesebre y entró el volcán adentro. La violencia de las llamas nos cerró la otra puerta que iba al patio y nos dejó adentro, sin salida y en aquella hoguera poco más de diez minutos. Con dos minutos más hubiéramos perecido sin remedio. La hermana, que iba perdiendo el sentido, se arrodilló, rezó el acto de contrición y se resolvió a morir en aquel horno encendido. Yo, como poco podía, no tenía fuerzas para abrir la puerta que había quedado como clavada, y también procuré quedarme tranquila en el fuego. Sólo procuré salvar la cabeza que el fuego me había herido un poco, pero sin lastimarme en cosa alguna. Sólo sentía la molestia en el hueso y, para amparar esa parte, me quemé un poquito las manos, pero cosa de ninguna importancia.
 
“Luego las Hermanas consiguieron romper la puerta y sacarme de aquel peligro, que no podía ser mayor, yo no pude hacer nada. Sólo tuve tiempo de encargar a las Hermanas que cuidasen del Señor y la campana: del Señor para procurar salvarlo y de la campana para pedir auxilio. Para atenderme la cabeza, hubo que ponerme paños de agua con árnica y hielo y, después de siete u ocho horas de este tratamiento, me encontré radicalmente buena. Todo ha pasado, gracias a Dios. Sin duda, las oraciones de mis pobres Hermanas y de nuestras huérfanas me salvaron, porque no había más remedio que morir. Podría haber habido tiempo de salvar algo, pero las Hermanas se asustaron... Estaban preparados el depósito del agua y las demás cosas necesarias por temor del fuego; pero la precaución no tuvo lugar, porque las Hermanas se asustaron...”
 
Pese al fuego que devoró cuanto pudo a su paso; la iglesia y todo lo que había perecido resurgió gracias a la caridad de los vecinos y de varias personas que al enterarse de lo sucedido quisieron colaborar con la reconstrucción de lo que se destruyó.
 
Sin embargo la salud de la Madre no se pudo recuperar, y el cuerpo, que se había resentido con el incendio, se iba deteriorando cada vez más. La Madre dice en una ocasión:
“No temo a la muerte, porque hace muchos años que me preparo para recibirla. A este fin he dirigido mis trabajos.”
El 5 de agosto de 1894, ocho meses después del incendio, fue el último día que caminó. Luego de revisarla, los médicos le dicen a la hermana Agustina, que la acompañaba, que el estado de salud de la Madre era gravísimo, y que se esperaba un próximo desenlace. Al preguntarle la madre que habían dicho los médicos, la hermana le responde que su estado de salud es grave, y la Madre muy tranquila dice.
“Quiere decir que me muero”
 
Para concluir esta entrega vamos a transcribir textuales, unos párrafos que pertenecen al libro sobre la vida de Madre Benita, que escribió Fray Contardo Miglioranza. Son de una gran belleza y relatan lo ocurrido el día 20 de agosto de ese año de 1894, cuando la Madre Benita recibe los últimos Sacramentos:
“Conociendo las hermanas su gran devoción Eucarística, que había dado la gloria y el consuelo de su alma, quisieron llevarle el Viático con la mayor solemnidad posible. Alfombraron con flores el pavimento de la celda. Las niñas de la casa estaban vestidas con sus mejores uniformes blanco y punzó, con velas encendidas en las manos, arrodilladas y formando dos filas, mientras sus voces frescas y claras entonaban el Himno que tanto agradaba a la Madre: O Salutaris Hostia... ¡Oh Hostia de salvación, que abres las puertas del cielo. Pues nos oprimen las guerras de los enemigos, danos fortaleza, préstanos auxilio!
 
“Asimismo las hermanas acompañaban al Santísimo con velas encendidas. Varias de esas velas habían sido traídas de Jerusalén por la misma Madre y era conservadas como reliquias para alumbrar al Señor durante el Viático y para que ardieran a su lado en su ultima agonía... Unas sesenta Hermanas unían sus corazones en adoración en un momento tan solemne... La enferma, en su lecho, con voz clara e impresionante hizo la confesión de fe acostumbrada y recibió al Señor Sacramentado... Después del viático, la Madre pidió la Unción de los enfermos.”
 
La próxima y última entrega sobre la vida de la Madre Benita, será el día 21 de este mes.