Santidad Argentina (XXI)

Posted by: Corim

Santos Argentinos 02 (02)

Argentinos amigos de Dios y testigos de la Fe

Ayer, primer domingo de noviembre, en nuestra patria es el día de oración por las causas de beatificación y canonización de varios argentinos que vivieron heroicamente su fe y ahora se encuentran camino a los altares.
Pero nos podemos preguntar: ¿quienes fueron estos compatriotas nuestros?, ¿qué hicieron?, ¿en qué ámbito se desarrollaron y maduraron su fe? En su mayoría son personas que no hicieron nada extraordinario, sólo que en un momento de sus vidas decidieron ser fieles a lo que Dios claramente les pedía, y optaron por seguir su llamada de manera radical , sin medias tintas ni egoísmos, siendo testigos del Amor de Dios allí donde Su Divina Voluntad los puso: Conventos, Parroquias, Familias.

Es así que podemos nombrar rápidamente a algunos de ellos y encomendarnos a su protección: la Madre Camila de San José Rolón, Fundadora de las Hermanas pobres bonaerenses de San José, llamada también la Samaritana Argentina, por su afán y celo por aliviar los miembros de Cristo que más sufren en el cuerpo o en el espíritu; también podemos citar a la Madre Benita Arias Fundadora de las Siervas de Jesús Sacramentado, quien por amor al Dios oculto en la Eucaristía y para propagar su Devoción , creó muchísimas casas de Caridad y asistencia a los mas necesitados, al igual que varios colegios para la formación cristiana de la juventud.
Asimismo encontramos a la Hermana María Crescencia Pérez, que el día 17 de este mes va a ser elevada a los altares en la localidad de Pergamino; de ella podemos resaltar su humildad y alegría, su fineza a la hora de amar concretamente al prójimo –lo hacía de tal manera que la llamaban Sor Dulzura–.

Y en este recorrido por los caminos de la Santidad Argentina encontramos también a Monseñor José Américo Orzali, el
“buen pastor de Cuyo”, que dio fiel testimonio de un pastor que no se amedrenta a la hora de “dar la vida por sus ovejas” y emprende grandes trabajos para que el mensaje de Cristo llegue a cada rincón de su inhóspita Diócesis, para lo cual no mide cansancios ni riesgos. También podemos citar al siervo de Dios José Gabriel del Rosario Brochero, o como todos lo conocen “el Cura Brochero”, incansable apóstol de los ejercicios espirituales ignacianos, que no midió esfuerzos por la salvación de las almas.

Y a la hora de citar modelos de santidad no podemos olvidar a la Sierva de Dios Cecilia Perrín, laica, ama de casa, quién ofreció su vida, interrumpiendo el tratamiento que debía seguir por un cáncer que la afectaba para que su incipiente embarazo llegara a buen término, y así luego de pasados los meses normales de gestación nace su hijita Agustina y a los pocos días Cecilia muere aceptando todo como un regalo del Amor Misericordioso de Dios.

Para terminar citaremos a quienes ya han alcanzado la meta, o están muy próximos: San Héctor Valdivielso Sáez, argentino, pero que dio su vida como testigo de la Fe durante la guerra civil española; la Beata Laura Vicuña, joven adolescente que a los 12 años ofrece su vida para que su mamá vuelva a la vida de la gracia; la beata María Ludovica De Angelis, que aunque siendo italiana de origen, gastó su vida en bien de los niños que mas sufrían en nuestra patria, y sus restos descansan en nuestro suelo.

Y así, muchísimos ejemplos que nos quedan sin mencionar. Lo fundamental es quedarnos con el mensaje que quiere darnos Dios por medio de sus siervos: el llamado a la santidad es universal, comprende a todo ser humano y nadie puede sentirse excluido de él. Y el momento de comenzar es ahora, en este instante, empezando por ser fiel a lo que Dios me está pidiendo hoy, haciendo por amor lo poco o mucho que me toca hacer.