Diálogo del Criador y la criatura (I)

Posted by: Nycticorax

Monje rezando 01 (01)

CRIATURA:
En la menuda aventura me metí
velay, cuando nací.
Este mundo es muy grande para mí
Y este mundo es muy chico para mí.

Nadie que yo recuerde me pidió
mi parecer; de lo que hiciere yo
¿Quién se responsabilizó?
¡Que me responda aquel que me crió!

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La práctica de la humildad (VI)

Posted by: Ioseph

Corrección fraterna 01 (01b)

No habiendo cosa más provechosa para el progreso espiritual que el ser advertido de los propios defectos, es muy conveniente y necesario que los que te hayan hecho alguna vez esta caridad se sientan estimulados por ti a hacértela en cualquier ocasión. Luego que hayas recibido con muestras de alegría y de reconocimiento sus advertencias, imponte como un deber el seguirlas, no sólo por el beneficio que reporta el corregirse, sino también para hacerles ver que no han sido vanos sus desvelos y que tienes en mucho su benevolencia.

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Por qué fue necesario que Cristo padeciera

Posted by: Nycticorax

Jesús resucitado 01 (01)

“En aquel tiempo Jesús se presentó de repente en medio de sus discípulos y les dijo: La paz sea con vosotros; soy Yo, no temáis. Ellos, empero, estaban atónitos y atemorizados porque imaginaban ver a un espíritu; mas Jesús les dijo: Mirad mis manos y mis pies, soy Yo mismo; palpad y considerad que un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que tengo Yo. Dicho esto, les mostró las manos y los pies” (Lc 24, 36-40).

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Los siete vicios capitales y sus remedios. VII La pereza.

Posted by: Lotario de Segni

Reloj 02 (02)
El tiempo es gloria

La pereza espiritual consiste en la melancolía que se apodera del alma ante la dificultad de la virtud.

Puede presentarse bajo dos formas:
1º uno se contrista hasta el extremo de preferir que no existiera la vida sobrenatural y se pudiese prescindir de la amistad con Dios. Es el caso de esos hombres que se instalan en la tierra como en un cielo definitivo. Este pecado es gravísimo, y no admite parvedad de materia por constituir una especie de apostasía de toda la religión. Su curación es muy difícil a causa del endurecimiento que produce en las almas.

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Las crisis de la fe: IV. En la Escritura

Posted by: Nycticorax

Biblia 02 (02)

IV. Crisis de la fe en la Escritura

Llegamos, por fin, a la cuarta zona de la crisis: la crisis de la fe en la Escritura tal como la lee la Iglesia.
Dice Ratzinger:
"Se han hecho pedazos las ataduras de la Biblia con la Iglesia. La interpretación histórico-crítica de la Escritura ha hecho de ella una realidad independiente de la Iglesia; se lee hoy la Biblia, no a partir de la Iglesia y con la Iglesia, sino a partir del último método que pretende ser 'científico', afirmando que sólo así se la puede leer correctamente.

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Los siete vicios capitales y sus remedios. VI La ira.

Posted by: Lotario de Segni

San Francisco de Sales 03 (04)
San Francisco de Sales: venció su natural colérico y fue llamado "el Santo de la dulzura"

La ira encierra dos elementos: el impulso exagerado de un sentimiento violento que estalla hasta el punto de sustraerse al dominio de la razón, y la necesidad de vengarse. Ésta se opone a la caridad, y a veces a la misma justicia: de ahí su gravedad; aquél es contrario a la mansedumbre, y puede ser grave por razón del escándalo que se sigue o de un desorden físico que exceda todos los límites razonables.

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Las crisis de la fe. III. En el dogma y la moral católicos (II)

Posted by: Nycticorax

Cruz 01 (01)

Continuando sus análisis en estos puntos, Ratzinger ve la teología contemporánea centrarse en la 'soteriología'; esto es, en el problema de la salvación, de la redención e incluso de la liberación, como se dice con un término puesto hoy en el centro de la atención.

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Afanarnos continuamente por una mayor perfección

Posted by: Laudem Gloriae

Santa Isabel de Hungría 02 (04)
Santa Isabel de Hungría atendiendo a los leprosos

En todo tiempo, amados hermanos, la misericordia del Señor llena la tierra, y todo fiel halla en la misma naturaleza motivo de adoración a Dios, ya que el cielo y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos nos hablan de la bondad y omnipotencia del que los ha creado, y la admirable belleza de los elementos puestos a nuestro servicio exige de la creatura racional el justo tributo de la acción de gracias.

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Los siete vicios capitales y sus remedios. V La gula

Posted by: Lotario de Segni

Jacob y Esaú 01 (01)
Esaú vende sus derechos de primogenitura por un plato de lentejas

La gula es el vicio que abusa del deleite asignado por el Creador a los actos necesarios para nuestra conservación personal, esto es la comida y la bebida.

De cinco maneras puede incurrirse en este vicio: no sabiendo esperar para comer, realizando grandes comidas o banquetes, excediéndose en la cantidad normal, desenfreno en el comer y en el beber, procediendo de modo delicado y exagerado en la preparación y servicio de las comidas.
También peca de gula quien usa drogas.
Este vicio no es grave en sí mismo, pero se opone directamente a uno de los fundamentales principios de la vida cristiana: la mortificación.

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Las crisis de la fe: III. En el dogma y la moral católicos (I)

Posted by: Nycticorax

Card. Ratzinger 01 (01)

Ahora viene la tercera zona de la crisis, que está estrechamente ligada a la precedente. Quizá no es más que un aspecto de ella, pero tiene tal relevancia que merece un tratamiento autónomo. Se trata de la crisis de la fe en el dogma y en la ética de la Iglesia.

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Las crisis de la fe: II. En la Iglesia

Posted by: Nycticorax

San Pedro 05 (12)
La Barca de Pedro

II. Crisis de la fe en la Iglesia

Vendría luego la segunda crisis de la fe: en la Iglesia como misterio. Oigamos aquí también las palabras del cardenal Ratzinger:

“En muchos teólogos católicos se ha difundido una mentalidad que se diría cercana, mas aún que al modelo protestante clásico, al de ciertas sectas o “iglesias libres” norteamericanas. Es el concepto de una Iglesia como organización meramente humana, cuyos miembros serían libres para estructurarla y organizarla a su gusto, según las exigencias del momento.

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Humildad en las caídas (II)

Posted by: Laudem Gloriae

Santa Teresita 10 (25)


“La humildad no inquieta, ni desasosiega, ni alborota el alma, por grande que sea, sino viene con paz y regalo y sosiego… No alborota, ni aprieta el alma, antes la dilata y hace hábil para servir más a Dios. Estotra pena [que provoca la falsa humildad al considerar que merecería estar en el infierno] todo lo turba, todo lo alborota, toda el alma revuelve, es muy penosa. Creo pretende el demonio que pensemos tener humildad, y si pudiese, a vueltas, que desconfiásemos de Dios” (Santa Teresa de Jesús).

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Los siete vicios capitales y sus remedios. IV La envidia.

Posted by: Lotario de Segni

Jose vendido por sus hermanos 01 (01)
José vendido por sus hermanos

(IV) La envidia

La envidia nos contrista a causa del bien ajeno, como si nos hubiese sido arrebatado o representara una mengua para nosotros. Más que una debilidad es propiamente una bajeza. No debe confundirse con el deseo de poseer un bien que también otros poseen. Es un vicio propio de los temperamentos biliosos -el envidioso es consiguientemente exclusivista- y de los temperamentos linfáticos. De ahí que los niños, dotados ordinariamente de este temperamento, sean propicios a dicho vicio. En el melancólico la envidia es algo crónico; en las mujeres reviste todas las formas de los celos.

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La práctica de la humildad (V)

Posted by: Ioseph

Jesus 06 (06)

Si entre los que te rodean hay alguno que te parece despreciable, obrarás sabia y prudentemente si en vez de publicar y censurar sus defectos te fijas en las buenas cualidades naturales y sobrenaturales de que Dios le ha dotado, y que le hacen digno de respeto y honor. Al menos, ve siempre en él a una criatura de Dios, formada a su imagen y semejanza, rescatada con la sangre preciosa de Jesucristo, un cristiano marcado con la luz del rostro de Dios, un alma capaz de verle y poseerle por toda la eternidad, y quizá un predestinado por el consejo secreto de su adorable providencia. ¿Sabes tú, acaso, las gracias que el Señor ha derramado sobre él, o las que va a derramar? Pero sin entrar en más averiguaciones, quizá lo mejor sería rechazar inmediatamente todos esos pensamientos de desprecio como venenosas inspiraciones del tentador.

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