El Rito que nos introduce en la Cuaresma

Posted by: Juan Sobiesky

MieĢrcoles de Ceniza 01 (04)

El vestido de penitencia.
La imposición de la ceniza es un resto de un rito antiquísimo de la antigua disciplina penitenciaria. En los albores de la cristiandad, los pecados públicos eran castigados públicamente y hasta con la exclusión de la comunidad de la Iglesia los más graves. La Cuaresma era tiempo de pública reconciliación. Al principio de ella recibían los penitentes el vestido de penitencia: el saco y la ceniza. En Roma tenía lugar esta ceremonia imponente en la Iglesia de Santa Anastasia. Desde allí se dirigían en procesión los penitentes junto con los catecúmenos y los demás fieles al templo de Santa Sabina, donde se celebraban los oficios divinos. Esa procesión se repetía todos los días de la Cuaresma, sólo que se cambiaba el punto de reunión de los fieles (iglesia de la colecta) y el punto donde se celebraba la Misa (iglesia estacional). A la primera parte de la Misa -la instructiva- asistían todos; llegado el ofertorio, penitentes y catecúmenos abandonaban el templo, como indignos de asistir al santo sacrificio.

Al enfriarse la piedad de los fieles, cayó en desuso la pública penitencia, pero el rito de la imposición de la ceniza ha subsistido. Desde entonces ya no se reduce a los públicos pecadores. Todos, grandes y chicos, nos acercamos a recibir el hábito de penitentes, porque todos sin excepción hemos pecado.

Cuando te llegues, pues, hoy a recibir la ceniza, piensa en el valor de esta ceremonia. Con ello declaras que vas a suplantar durante la Cuaresma al grupo de penitentes del antiguo rito. Imagínate la impresión que aquellos fervorosos penitentes harían en el ánimo de los romanos que contemplaban su cotidiana procesión, y procura tú, durante este santo tiempo, despertar análogos sentimientos en los ángeles que contemplarán diariamente tu camino al templo. Recibe la ceniza con plena conciencia de tu naturaleza pecadora, con la convicción de que en este día se te consagra en penitente, y aprovecha luego la Cuaresma para hacer frutos dignos de penitencia. Las sentidas oraciones y las plásticas instrucciones de la Liturgia cuaresmal renovarán en ti los sentimientos que hoy te inspira la seria y grave ceremonia a que asistes. Forma ya firmes resoluciones para el santo tiempo que comienza. Mira con qué ejercicios de penitencia lo santificarás y justificarás el hábito de penitente que hoy vistes.

Fuente: Joaquín Sanchis Alventosa, o.f.m., Misal Meditado