La Penitencia como virtud y como Sacramento
Posted by: Nycticorax
El Padre Pío confesando a un niño
La palabra penitencia significa arrepentimiento, expiación y designa ora una virtud, ora un sacramento.
1º virtud de la penitencia: La penitencia es una virtud sobrenatural que lleva al pecador a detestar sus pecados y a castigarse a sí propio para reparar la injuria hecha a Dios.
¿Sirven los sufrimientos? (II)
Posted by: Nycticorax
Virgen de los Dolores
I. Ventajas del sufrimiento
El pecado habrá de expiarse en esta vida o en la otra, y esta es ley de la justicia divina, de la que nadie puede librarse. Luego, ya que tantas veces ofendimos a Dios, debemos alegrarnos cuando el Señor nos castiga en este mundo, donde son los castigos menos rigurosos que en el otro.
La oración y la penitencia
Posted by: Nycticorax
San Jerónimo Penitente
Extractos de la Encíclica “Caritate Christi Compulsi”
8. (…) Frente a este odio satánico contra la religión, que recuerda al misterio de iniquidad de que habla San Pablo (II Tes 2, 7), los solos medios humanos y las providencias de los hombres no bastan: y Nos, Venerables Hermanos, creeríamos ser indignos de Nuestro apostólico ministerio si no tratáramos de señalar a la humanidad los maravillosos misterios de luz que esconden en sí ellos solos la fuerza para subyugar a las tinieblas.
Ni Jesús sin la cruz, ni la cruz sin Jesús
Posted by: Ioseph
Hoy, 14 de septiembre, la Iglesia celebra la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, en recuerdo de la recuperación de la cruz en que murió nuestro Señor, obtenida en el año 614 por el emperador Heraclio, quien la rescató de los Persas que la habían robado de Jerusalén.
La cruz es para el cristiano el más honorífico trofeo, pues en ella Nuestro Señor dio muerte al pecado y al infierno. Pero es mucho más que un mero símbolo recordatorio: es la verdadera “señal del cristiano”, especialmente en su sentido de dolor redentor.
Podemos observar, sin embargo, cómo en nuestros días cada vez más se intenta desterrar la cruz de todos los ambientes, aun los ambientes católicos. Se pretende presentar un Cristo sin la cruz, un Cristo resucitado sin señales de la pasión, olvidando que “no hay domingo de Pascua sin Viernes Santo”. Pocos son los predicadores que pueden decir con San Pablo: nosotros predicamos a Cristo crucificado (1 Cor 1, 23).