Paciencia

San Esteban Protomártir

Posted by: Nycticorax

San Esteban 03 (04b) - Martirio

¿Por qué - preguntaba San Agustín - Jesús temió a la muerte durante la agonía del Huerto de los Olivos, y en cambio los mártires no sintieron ante ella el menor temor? Contesta el Santo Doctor: “Porque tomó sobre sí la debilidad de los mártires y les prestó su fortaleza divina”. San León dice que Cristo era hombre para sí mismo, pero Dios para los demás; así nos lo hizo ver en Belén al tomar la frágil naturaleza humana para comunicarnos la omnipotencia divina de su gracia.
San Esteban, primer mártir de la Iglesia y modelo de todos los que derramaron la sangre por Jesús, recibió del divino Maestro un valor invencible para enfrentarse con la muerte.
Plenus fortitudine. Mientras sus enemigos, exasperados, ardían de ira contra él, Esteban, olvidándose totalmente de sí, sólo piensa en Cristo, y dice: “Estoy viendo los cielos abiertos y al Hijo del Hombre sentado a la diestra de Dios”.

Entonces los judíos se abalanzaron contra él y le sacaron de la ciudad, para apedrearle. El santo diácono, puesto de rodillas, aguantaba la lluvia de piedras, y en medio del martirio, generosamente, imitando al divino Maestro, oró por los verdugos, clamando en alta voz:
“Señor, no le hagas cargo de este pecado”. Y murió, consiguiendo de Dios por sus oraciones, según San Agustín, la conversión de Saulo, que había presenciado su muerte y que más tarde sería el gran Apóstol de las naciones.

Aprendamos de San Esteban a sacar de la oración fuerzas para sufrir y perdonar a los enemigos. En medio de las penas e injusticias que contra nosotros cometen los hombres, levantemos como él los ojos al cielo; allí veremos por la fe, a la diestra de Dios Padre, a Jesús en pie y revestido de todo su poder, es decir, dispuesto a socorrernos, a fortificarnos y consolarnos. Invoquémosle, por tanto, en las pruebas como hicieron los mártires, y a ejemplo de Esteban y de tantos como le imitaron, dejemos que los labios pronuncien palabras de perdón a favor de quienes nos persiguen, critican, calumnian y hacen padecer, porque estas palabras, llevadas por los ángeles hasta el trono del Cordero, harán caer sobre nosotros lluvia de gracias y de bendiciones.

¡Oh Verbo encarnado entre nosotros! Viniste a la tierra para “ser blanco de contradicción” (Lc 2, 34), de esa contradicción que te persigue desde los días de la infancia y que no cesará hasta la muerte. Por intercesión de María, de José y de San Esteban, protomártir, te ruego me concedas espíritu de humildad, de dulzura y de paciencia para padecer contigo y sin quejarme de todas las amarguras de la vida. Propongo firmemente encomendar a tu misericordia a cuantos me contraríen hoy, brindándome ocasión de enfrentar mi amor propio.

Fuente: L. B., C, SS. R., Manual de Meditaciones

El valor educativo del dolor

Posted by: Ioseph

Sufrimiento 01 (01)

San Pablo define sucinta y vigorosamente las consecuencias educativas del dolor, con estas palabras: “Nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación obra paciencia, y la paciencia prueba, y la prueba esperanza y la esperanza no trae confusión” (Rom. 5, 3 y ss.). La tribulación educa al cristiano para la paciencia y en la paciencia se prueba y acrisola la virtud. La virtud acrisolada y probada da un derecho más firme a poner toda la esperanza en Dios. De ahí que en la tribulación no desfallece la esperanza del cristiano, sino que toma un vuelo más alto y animoso en alas de la paciencia y de la fidelidad para con Dios. El dolor no debe ser para el cristiano un motivo de pena sino de gloria.

El dolor seméjase a un lagar, según una figura del Viejo Testamento empleada por San Agustín en esta forma:
“¿Quieres salir del lagar del dolor? Ten en cuenta que el racimo que teme al lagar, puede ser devorado por las aves y las fieras”. La ligereza, y la pasión pierden frecuentemente al que durante mucho tiempo se ve exento de tribulaciones y desdichas o las teme exageradamente.
“Antes de ser humillado (por el dolor), yo delinquí” dice el Salmista (118, 67). Muchos se han de encontrar en el mismo caso y todos deben agradecimiento al dolor. Cuando pasan demasiados años sin que el árbol dé fruto, o cuando lo da malo, no queda más recurso que cavarle alrededor del tronco con la azada del dolor (S. Luc. 13, 8).

Honores, riqueza, bienestar y placeres adormecen al hombre. Durante un largo sueño del alma, degeneran todos los órganos más nobles. Se produce la dilatación adiposa y, para curarla, es indispensable que Dios lo apriete con su mano y exprima con el estrujamiento del dolor
No ha de considerarse como un castigo el hecho de que Dios se interponga en el camino del pecador con un dolor. Al contrario, castigo verdadero es que rehúse tal encuentro y le deje proseguir la marcha, impelido por los perversos dictados de su corazón (Salmo 80, 13).
“Porque es señal de un gran beneficio, no permitir a los pecadores largo tiempo el obrar según su voluntad, sino aplicar desde el primer momento el castigo” (II Macab. 6, 13). Exclama agradecido San Agustín: “Siempre te apiadaste de mí aun en medio de tu enojo, y destilaste en mis pecaminosos placeres las más amargas tribulaciones”. En otro lugar declara: “¡No recibir castigo! ¿Qué mayor castigo? Si vives mal y Dios te lo permite, es señal de que su enojo es grande”.

Fuente: Mons. Juan Straubinger, En la escuela del dolor

La práctica de la humildad (XIV)

Posted by: Ioseph

Pasión de Jesucristo 04 (01)
Aprended de Mí, que soy mando y humilde de corazón

Mantente siempre firme, a pesar de las dificultades que encuentres, en las prácticas que hasta aquí te he enseñado, a pesar de la oposición que encuentres en ti mismo. No digas como los discípulos del Evangelio: dura es esta doctrina, ¿quién podrá practicarla? Porque yo te aseguro que todas las amarguras que experimentes al principio se convertirán bien pronto en dulzuras inefables y en consuelos celestiales.

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El divino Sembrador

Posted by: Laudem Gloriae

Divino Sembrador 01 (01)

El Evangelio de hoy (Lc. 8,4-5), domingo de sexagésima (según el calendario antiguo del rito romano), presenta cuatro categorías de personas que reciben de modo diverso la simiente de la divina palabra, y las compara: al camino pisoteado, al suelo pedregoso, a la tierra espinosa y, finalmente al buen terreno.

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La práctica de la humildad (I)

Posted by: Ioseph

Jesús 03 (03)
Jesús ante Herodes

No creas que vas a adquirir la humildad sin las prácticas que le son propias, como son los actos de mansedumbre, de paciencia, de obediencia, de mortificación, de menosprecio a ti mismo, de renuncia a tu propio juicio, a tus opiniones, de arrepentimiento de tus pecados, y de tantos otros; porque éstas son las armas que destruirán en ti mismo el reino del amor propio, ese terreno abominable donde germinan todos los vicios y donde se alinean y crecen a placer tu orgullo y presunción.

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Santidad Argentina (XXII)

Posted by: Corim

Vble María Crescencia Pérez 08 (09)
Niñas del Hospital Marítimo de Mar del Plata (al que pertenecía el “Solarium”)

Hermana María Crescencia Pérez. Novena parte.
Hemos venido acompañando a la futura Beata en los primeros pasos dentro de la Congregación de las Hermanas del Huerto y consideramos además, su trabajo en el Colegio del Huerto de Buenos Aires y su traslado al Solárium de Mar del Plata, donde se trataban niños con tuberculosis ósea o pulmonar.

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El sastre y el carnero

Posted by: Lotario de Segni

Carnero 01 (01)

Había una vez un mago, que daba sabios consejos. Un día fue donde él un pobre diablo que era sastre, el cual tenía la mujer más siete hijos para mantener, y vivía en un altillo que le dejaban por caridad.

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Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen

Posted by: Laudem Gloriae

Crucifixión 01 (07)

La perfección de la caridad consiste en el amor a los enemigos. A ello nada nos anima tanto como la consideración de aquella admirable paciencia con que el más bello de los hombres ofreció su rostro, lleno de hermosura, a los salivazos de los malvados; sus ojos, cuya mirada gobierna el universo, al velo con que se los taparon los inicuos; su espalda a los azotes; su cabeza, venerada por los principados y potestades, a la crueldad de las espinas; toda su persona a los oprobios e injurias; aquella admirable paciencia, finalmente, con que soportó la cruz, los clavos, la lanzada, la hiel y el vinagre, todo ello con dulzura, con mansedumbre, con serenidad. En resumen, como cordero llevado al matadero, como oveja ante el esquilador, enmudecía y no abría la boca.

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No hay que desanimarse mucho si se cae en algunas faltas

Posted by: Ioseph

Sagrada Familia 01 (02)

Jesucristo:
1. Hijo, más me complace paciencia y humildad en la adversidad que mucho entusiasmo y devoción en la prosperidad. ¿Por qué te apena una pequeña cosa dicha contra ti? Aunque fuera mayor, no debería conmoverte. Pero ahora, déjala pasar. No es la primera, ni nueva, ni será la última mientras vivas.

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