Pureza de intención

Lecciones del Bautismo del Señor

Posted by: Nycticorax

Bautismo de Jesús 03 (03b)

¿Quién no se sentiría emocionado ante el combate de humildad entre el Señor y su precursor, San Juan? Jesús, mezclado entre los muchísimos publicanos que acudían a pedir el perdón de sus crímenes, llena de extrañeza al Bautista, que llegó a su colmo cuando Juan oyó al Señor que le pedía bautismo de penitencia. “¡Cómo!, exclamó, ¿yo bautizarte, yo, que no soy digno de desatar las correas de tus sandalias? ¡Oh, jamás, Señor, esto no lo haré nunca!”
Admiremos la humildad del discípulo, pero cuánto más admirable es aún la del divino Maestro, que fuerza a Juan Bautista a bautizar al Unigénito de Dios como al último de los mortales y como al más grande de los pecadores. Qué pocas veces vemos entre los hombres estas luchas de sincera humildad; antes, por el contrario, se lucha por sobresalir entre los demás y serles preferido. Se discute con pretensiones y con terquedad para triunfar orgullosamente, y esto a expensas de la caridad y a veces también de la verdad.

Al dejarse bautizar en las aguas del Jordán, el Redentor, pureza infinita, quiere enseñarnos a purificar sin descanso nuestro corazón por el arrepentimiento y a combatir en nosotros los gérmenes del pecado, sujetando las malas inclinaciones y los instintos perversos. Quizá nos creamos puros al no apreciar en nuestra conducta grandes culpas, pero ¿no nos juzgará Dios de otro modo? ¿No verá en nuestra alma mucho egoísmo y sentimientos poco nobles y conformes a la verdadera perfección? Y este carácter inconstante, que a veces nos lleva a la tristeza, al desaliento, a la disipación o a la presunción, ¿no es en nosotros origen de muchas faltas? La vida imperfecta y regalada que llevamos es también a veces suficiente para manchar nuestros corazones, llamados a la perfección. Purifiquémonos por el Sacramento de la Penitencia, o haciendo en nuestro corazón verdaderos actos de amor y arrepentimiento.

¡Oh Jesús, cuánto me aflige el pensar las muchas veces que te he ofendido a pesar de todas las promesas que te hice en el día de mi bautismo! Por la intercesión de tu Santísima Madre, concédeme el espíritu de humildad y de compunción necesario para que, libre de las ataduras del orgullo y del pecado, empiece una nueva vida, vida en todo conforme a tus enseñanzas y ejemplos.

Fuente: L. B., C, SS. R., Manual de Meditaciones

Cómo prepararnos para la Sagrada Comunión (IX)

Posted by: Nycticorax

Nuestra Señora del Santísimo Sacramento 01 (01b)

Segundo: Pureza de intención (continuación):
Pues el que desea acertar en la pura y recta intención que para aquí se requiere, escoja cuál de estos fines le agrada más, y a ese enderece su intención. Y mucho mejor será considerar primero todos estos fines, que son los frutos admirables de este sacramento, y ponerlos todos ante los ojos y pretender por este divino medio conseguirlos todos.

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Cómo prepararnos para la Sagrada Comunión (VIII)

Posted by: Nycticorax

Ultima Cena 03 (06)

Segundo: Pureza de intención: (continuación)
Entremos, pues, por las puertas que entraron los santos, procurando de llevar la intención que ellos llevaron; la cual no es siempre de una manera, sino de muchas y diversas, como lo declara San Buenaventura por estas palabras:
“Muchos son los afectos e intenciones de los que se llegan a celebrar o comulgar. Algunos mueve el amor de Dios para que por medio de este sacramento traigan más veces al amado a la casa de su alma y allí dentro le abracen dulcemente y le tengan consigo, y con esta sagrada unión se enciendan más en su amor.

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Cómo prepararnos para la Sagrada Comunión (VII)

Posted by: Nycticorax

Corpus Christi 01 (04)

Continuamos la explicación del segundo requisito para recibir bien la Sagrada Comunión.

Segundo: Pureza de intención (continuación)
Otros hay también que van a comulgar tras el hilo de la gente por hacer lo que otros hacen, sin tener aquella hambre ni procurar aquella preparación ni aquella enmienda de vida que para esto se requiere.

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La sencillez

Posted by: Laudem Gloriae

San José 07 (16)
San José se levantó y, de inmediato, hizo lo que el Señor le ordenaba

La sencillez es una virtud muy afín a la sinceridad. Excluye toda suerte de doblez y complicación derivada del egoísmo, del amor propio o del apego a sí mismo y a las criaturas y, por tanto, impulsa al alma en una sola dirección, Dios: vivir para Él, para agradarle, para darle gloria.

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