Dos órdenes de virtudes (III)

Posted by: Nycticorax

Ayuno 02 (02)

Mas con todos estos loores que se dan a estas virtudes, las otras que pusimos en el segundo orden, dado caso que en la dignidad sean menores, pero son importantísimas para alcanzar las mayores y conservarlas, y algunas de ellas necesarias por razón del precepto o voto que en ellas interviene. Esto se prueba claramente discurriendo por aquellas mismas virtudes que dijimos. Porque el encerramiento y la soledad excusan al hombre de ver, de oír, de hablar y de tratar mil cosas; y de tropezar en mil ocasiones, en las cuales se pone a peligro no sólo la paz y sosiego de la conciencia, sino también la castidad y la inocencia. El silencio ya se ve cuánto ayuda para conservar la devoción y excusar los pecados que se hacen hablando, pues dijo el Sabio que en el mucho hablar no pueden faltar pecados (Pr 10,9).

El ayuno, además de ser acto de la virtud de la templanza y ser obra satisfactoria y meritoria, si se hace en caridad, enflaquece el cuerpo, y levanta el espíritu, y debilita nuestro adversario, y dispone para la oración, lección y contemplación, y excusa los gastos y codicias en que viven los amigos de comer y beber, y las burlerías, y parlerías, y porfías, y disoluciones en que entienden después de hartos. Pues el leer libros santos, y oír semejantes sermones, y el rezar, y el cantar, y asistir a los oficios divinos, bien se ve cómo éstos son actos de religión e incentivos de devoción y medios para alumbrar el entendimiento y encender más el afecto en las cosas espirituales.

Pruébase también esto mismo por una experiencia tan clara que, si los herejes la miraran, no vinieran a dar en el extremo que dieron.
Porque vemos cada día con los ojos y tocamos con las manos que en todos los monasterios donde florece la observancia regular y la guarda de todo lo exterior, siempre hay mayor virtud, mayor devoción, más caridad, más valor y ser en las personas, más temor de Dios y, finalmente, más cristiandad, y, por el contrario, donde no se tiene cuenta con esto, así como la observancia anda rota, así también lo anda la conciencia, y las costumbres, y la vida; porque como hay mayores ocasiones de pecar, así hay más pecados y desconciertos.
De suerte que, como en la viña bien guardada y bien cercada está todo seguro, y la que carece de guarda y de cerca está toda robada y esquilmada, así está la religión cuando se guarda la observancia regular o no se guarda. Pues ¿qué más argumento queremos que éste, que procede de una tan clara experiencia, para ver la utilidad e importancia de estas cosas?

Fuente: Cf. Fray Luis de Granada O.P., Obra Selecta

Imitación de Cristo (VIII)

Posted by: Corim

Charla cafeĢ 01 (01)

Evita cuanto pudieres el bullicio de los hombres, pues mucho estorba el tratar de las cosas del mundo, aunque se haga con buena intención, porque presto somos amancillados y cautivos de la vanidad. Muchas veces quisiera haber callado, y no haber estado entre los hombres. Pero ¿Cuál es la causa porque tan de grado hablamos, y platicamos unos con otros, viendo cuán pocas veces volvemos al silencio sin daño de la conciencia? La razón es que por el hablar procuramos consolarnos unos con otros, y deseamos aliviar al corazón fatigado de pensamientos diversos; y de muy buena gana nos detenemos en hablar o pensar de las cosas que amamos, aún de las que tenemos por adversas.

Más, ¡oh dolor!, que esto se hace muchas veces vanamente y sin fruto; porque esta consolación exterior es de gran detrimento a la interior y divina. Por eso, velemos y oremos, no se nos pase el tiempo en balde. Si se puede y conviene hablar, sea de cosas edificantes. La mala costumbre, y la negligencia en aprovechar, ayuda a la poca guarda de nuestra lengua; pero no poco servirá para nuestro espiritual aprovechamiento la devota plática de cosas espirituales, especialmente cuando muchos de un mismo espíritu y corazón se juntan en Dios.

Fuente: Tomás de Kempis, De la Imitación de Cristo y menosprecio del mundo, libro I, cap. X, Editorial LUMEN