La Inmaculada Concepción de María (II)

Posted by: Juan Sobiesky

Inmaculada Concepción 08 (03)
Aparición de la Inmaculada a San Francisco

II. La Inmaculada, alegría de los fieles. - Si como simples mortales participamos ya de la exaltación de María, como cristianos, redimidos por la Sangre de su Hijo e hijos de sus dolores maternales, poseemos un doble título al júbilo y regocijo. Esa Mujer tan exaltada es... Madre nuestra.
Inmensa dicha, pero enorme responsabilidad. Los hijos llevan sangre de sus padres. No desdoremos, pues, la Sangre purísima de nuestra Madre con una conducta indigna de tanta alteza. El misterio de la Inmaculada Concepción viene a ser para los cristianos un imperativo que reclama y exige una vida pura e incontaminada. Ésa es la gracia que pide la Iglesia en las oraciones de la Misa.

Cuidemos, pues, de adquirir esa joya tan preciada de la santa pureza. Sean puros nuestros pensamientos, deseos, afectos, sentimientos, palabras y obras; respire pureza nuestro continente externo, nuestra vida entera. Suspiremos por tan encantadora virtud, y roguemos humildemente a la Madre celestial nos haga participar por la pureza de su privilegio excelso de Reina inmaculada.

Fuente: Joaquín Sanchis Alventosa, o.f.m., Misal Meditado