Cómo prepararnos a la Sagrada Comunión (XIX)

Posted by: Nycticorax

Las 10 diez vírgenes 01 (01)

Pues al tiempo de comulgar, cuando ya te quieres llegar al altar, haz cuenta que suena en tus oídos aquella voz del Evangelio que dice: Ya viene el Esposo, salid a recibirlo.
Porque verdaderamente en ninguno de los sacramentos se muestra Dios tan a la clara ser Esposo de nuestra alma como en éste, pues el efecto de él es unir la tal alma consigo y hacer de ambos una misma cosa, que es un matrimonio espiritual.

Pues para salir a recibir a este Esposo es necesario mirar atentamente de la manera que Él viene, para que conforme a ésa le salgas tú a recibir. Él, pues, viene a ti lleno de caridad, de suavidad, de bondad y de misericordia, diciendo que con deseo ha deseado celebrar contigo esta pascua, en la cual se pone el cordero pascual.
Tú, pues, por el contrario, estás obligado a salirle a recibir con toda la devoción, amor, temor y alegría que te fuere posible, pues vas a recibir al verdadero Esposo de tu alma, a tu Dios, tu Criador y tu Señor y todo tu bien.
Para lo cual debes considerar la grandeza de la devoción y alegría con que aquel santo Simeón recibió al Niño Jesús en sus brazos cuando la Virgen se lo ofreció, para cuya vista solamente deseaba la vida; porque esa misma [devoción] es razón que tenga el que se llega a recibir por medio de este sacramento al mismo Señor.

Mira también la devoción y alegría con que la madre del santo Bautista recibió a la de este Señor en su casa, cuando dijo aquellas palabras de tanta devoción:
¿De dónde a mí tan grande bien que la madre de mi Señor venga a mi casa? Porque con esa misma [devoción] es razón recibas tú a este Señor, diciendo con esa santa mujer: ¿De dónde a mí tan grande bien que Vos, Señor de los ángeles y gloria del cielo, queráis venir a mí? ¡Oh Padre, oh Pastor, oh Señor, oh Dios mío, oh todas las cosas, que no contento con haberme criado a vuestra semejanza y redimido con vuestra sangre, sobre todo esto queráis ahora venir a mí, y morar en mí, y transformarme en Vos, y hacerme una cosa con Vos, como si Vos dependieseis de mí y no yo de Vos!

Fuente: Fray Luis de Granada O.P., Obra Selecta