Devoción a las almas del Purgatorio

Posted by: Lotario de Segni

Purgatorio 02 (03)

La devoción para con las Benditas Ánimas, que consiste en encomendarlas a Dios para que las alivie en las grandes penas que padecen y las llame cuanto antes a su Gloria, es muy agradable a Dios y muy provechosa para nosotros. Porque, por una parte, esas benditas almas son esposas queridas de Jesucristo y, por otra, son muy agradecidas para con aquel que les alcanza la libertad de su prisión o a lo menos les procura algún alivio en sus tormentos; y una vez llegadas al cielo, no se olvidarán ciertamente de quien por ellas ha rogado. Además, créese piadosamente que Dios les manifiesta quién ruega por ellas, a fin de que ellas también pidan por nosotros. Verdad es que esas almas benditas no están en estado de pedir en su propio favor, por hallarse en el purgatorio satisfaciendo como reos por sus culpas; sin embargo, como son tan amadas de Dios, bien pueden pedir por nosotros y alcanzarnos gracias.

San Gregorio, en sus Diálogos, cuenta milagros obrados por la intercesión de las benditas almas. Cuando Santa Catalina de Bolonia deseaba alguna gracia, recurría a las almas del purgatorio, y pronto la conseguía. Y aseguraba que más de una gracia que no había obtenido por la intercesión de los Santos, la había alcanzado de las almas del Purgatorio. Por lo demás, innumerables son las gracias que afirman los devotos haber recibido por mediación de estas santas almas.
Pero si deseamos el auxilio de sus oraciones, no sólo es justo, sino que es un deber el socorrerlas con las nuestras. Sí, es un deber; porque la caridad cristiana exige, que ayudemos a nuestro prójimo cuando necesita nuestra asistencia. Ahora bien, ¿Quién está en mayor necesidad que estas santas prisioneras? Ellas se encuentran continuamente en aquel fuego, que atormenta mucho más que el de esta tierra; están privadas de la visión de Dios, pena mayor que todas las demás. Y no dejemos de considerar que allí estarán quizá penando las almas de nuestros padres, hermanos, esposo o esposa, parientes, amigos y bienhechores, que esperan nuestros sufragios. Procuremos aliviarlos.

Fuente: Devocionario de la Congregación del Santísimo Redentor