El Santo Rosario: llave para entrar en el Corazón Inmaculado de María

Posted by: Corim

Rosario a Sto Domingo

Días pasados, la Santa Iglesia celebró la memoria de Nuestra Señora del Rosario. Esa fiesta fue instituida por el papa San Pio V en agradecimiento por la victoria de las fuerzas cristianas sobre los turcos en la célebre batalla de Lepanto, victoria que se obtuvo por el rezo del Rosario por parte de toda la Cristiandad.

Con el correr de los años, vemos que la Santísima Virgen, gusta llamarse con este nombre: Nuestra Señora del Rosario. Para citar algunos ejemplos podemos considerar las apariciones de la Virgen en Lourdes, Fátima, San Nicolás, etc., etc. En todas estas manifestaciones de María Santísima, Ella misma nos recomienda y nos estimula al rezo diario de esta práctica de piedad, especialmente en familia; es el remedio que Ella nos da para hacer frente a todos los males del cuerpo y del alma, y es una defensa efectivísima contra el maligno.

A continuación citaremos algunos mensajes de La Virgen Santísima referidos al Rosario, y que fueron recibidos por varios videntes de María en sus distintas advocaciones.
 En San Nicolás nos dice:
“Gladys: con el Santo Rosario se puede enfrentar cualquier peligro, ya que con él está presente Cristo y la Madre de Cristo.
Es la oración profunda, la inmediata comunicación con el Señor y con María. Es el regalo que os estoy dando para que vosotros lo aceptéis y lo conservéis mediante su rezo. Amén, amén.” (7-10-86)

“La bendición de un Rosario tiene mucho valor; tanto como la oración misma. Quiero decirte que estando bendecido el Rosario con que se reza, la oración se convierte en una súplica de Amor al Señor y Él a su vez, vuelca en ese hijo que ora, Su Bendición.
Por eso es tan importante tener el Rosario entre las manos cuando se reza. Alabado por siempre sea el Señor.” (29-08-87)

Mensaje de la Santísima Virgen a Monseñor Ottavio Michelini:
“La derrota de Satanás y de sus legiones, marcará el fin de las locuras del orgullo humano. El ateísmo, arma formidable de Satanás, será borrado de la faz de la tierra. Si muchísimos perecerán material y espiritualmente, será sólo porque lo habrán querido. Hijo: Rosario, Rosario, Rosario.
Yo, Reina de las Victorias, protegeré a todos aquellos que, sensibles a mis llamadas, me hayan invocado con la oración amada por Mí en la intimidad del hogar doméstico, y hayan divulgado de algún modo la devoción, el amor al Rosario.
Protegeré también a aquellos que no se avergüencen de recitarlo en público, dando a los tibios y a los débiles un ejemplo de valerosa piedad cristiana.
Yo vigilaré en el momento de las pruebas sobre las familias y sobre las personas que me hayan permanecido fieles.
Hijo, propagar el Rosario quiere decir el empeño de buscar ardientemente la gloria de Dios y la salvación de las almas.
Un día veréis la potencia y la eficacia de esta oración, veréis los maravillosos frutos de ella en la casa del Padre.
Hijo, te bendigo y quiero que esta bendición se extienda a todos mis devotos y a todos aquellos que tienen celo por el Santo Rosario.”

De un testimonio de Sor Natalia Magdolna:
“Entonces Jesús me mostró un Rosario, en el que en vez de las cuentas había flores y en cada flor vi brillar una gota de la Sangre de Jesús.
Cuando decimos el Rosario, las gotas de la Sangre de Jesús caen sobre la persona por quién lo ofrecemos. Las almas del purgatorio están implorando continuamente la Sangre Salvadora de Jesús.”


Continuaremos en una próxima publicación.