La dulzura del Salvador (III)

Posted by: Ioseph

El buen Pastor 04 (12)

Considera que el ejemplo de Jesucristo es una lección muy importante, la cual nos enseña que una virtud áspera, enfadosa e incómoda, que un celo duro y amargo, una caridad acre y poco compasiva son falsas virtudes.
El amor propio, el humor, el natural se cubren con frecuencia con la máscara de una virtud puramente superficial, y todos los que hacen profesión de piedad, de caridad, de celo, y son tumultuosos, de mal humor, duros e incómodos viven en un error muy grosero si se piensan tener un verdadero celo, una verdadera virtud.

La primera lección que nos da el Salvador desde que entramos en su servicio es que aprendamos de él a ser verdaderamente humildes y a tener dulzura. Puede decirse que esta dulzura ha sobresalido en todos los santos: la paciencia y la humildad, frutos necesarios de la santidad, son inseparables de aquella modestia y de aquella dulzura que ha hecho en todos los tiempos la virtud tan amable.

Carecer de esta dulzura, de esta caridad compasiva, es carecer de virtud. ¡Qué ilusión el creer que es la pura caridad la que nos hace obrar, que es el amor de Dios y del prójimo el que anima nuestro celo, cuando el tal pretendido celo estalla en invectivas, en términos destemplados y mordaces, en injurias y calumnias!

Fuente: J. Croisset, SJ, Año cristiano