La verdadera libertad os hará libres

Posted by: Lotario de Segni

León XIII 01 (08)
Papa León XIII

“La libertad, bien el más noble de la naturaleza, propio, únicamente, de los seres inteligentes o razonables, da al hombre la dignidad de estar en manos de su propio consejo y tener la potestad de sus acciones. Pero interesa en gran manera el modo con que se ha de ejercer semejante dignidad, porque del uso de la libertad se originan, así como bienes sumos, males también sumos. En manos del hombre está, en efecto, obedecer a la razón, seguir el bien moral, tender derechamente hacia su último fin; pero igualmente puede seguir el opuesto camino y, al ir tras apariencias engañosas de bien, perturbar el orden debido y precipitarse voluntariamente en inevitable ruina. (…)

Si quienes a cada paso disputan sobre la libertad la entendieran honesta y legítimamente (…), nadie osaría acusar a la Iglesia de lo que con tanta injusticia propalan, esto es, de ser enemiga de la libertad; pero hay ya muchos imitadores de Lucifer, cuyo es aquel nefando grito:
No serviré, que con nombre de libertad defienden cierta licencia tan absoluta como absurda. (…) Los secuaces del liberalismo, de quienes hablamos, pretenden que en la práctica de la vida no hay ninguna potestad, que cada uno es ley para sí; de ahí nace esa moral que llaman independiente, que apartando a la voluntad, bajo pretexto de libertad, de la observancia de los preceptos divinos, suele conceder al hombre una licencia sin límites. (…)

También se pregona con gran ardor la llamada
libertad de conciencia, que, tomada en sentido de ser lícito a cada uno, según le agrade, dar o no dar culto a Dios, queda suficientemente refutada con lo ya dicho. Pero puede también tomarse en sentido de ser lícito al hombre, según su conciencia, seguir en la sociedad la voluntad de Dios, y cumplir sus mandatos sin el menor impedimento. Esta verdadera libertad, digna de los hijos de Dios, y que ampara con el mayor decoro a la dignidad de la persona humana, está por encima de toda injusticia y violencia, y fue deseada siempre y singularmente amada por la Iglesia. Este género de libertad lo reivindicaron constantemente para sí los Apóstoles, lo confirmaron con sus escritos los apologistas, lo consagraron con su sangre los mártires en número crecidísimo.

Y con razón, porque esta libertad cristiana atestigua al mismo tiempo el supremo y justísimo señorío de Dios sobre los hombres, y el supremo y principal deber de los hombres hacia Dios. Nada tiene de común esta libertad con el ánimo sedicioso y desobediente, y en nada deroga al respeto que se debe a la autoridad pública: en tanto tiene ésta el derecho de mandar y exigir obediencia en cuanto no disienta en cosa alguna de la potestad y se mantenga dentro del orden determinado pero cuando se manda algo que claramente discrepa de la voluntad divina, se sale ya de aquel orden y se va contra la divina autoridad: y entonces ya no es justo el obedecer (…).”

Fuente: S.S. León XIII, Encíclica “Libertas”, Revista Verbo Nº 259, Buenos Aires, 1985