La dulzura en el trato cristiano

Fragmento:

“Más se gana con una gota de miel que con un barril de vinagre.”

— San Francisco de Sales, Introducción a la vida devota, parte III, cap. 8.

Reflexión:

La dulzura es fuerza revestida de humildad. Quien trata con delicadeza, imita a Cristo, que es manso y humilde de corazón. Hoy, esforcémonos por hablar y actuar con suavidad, especialmente donde hay tensión o aspereza, siendo instrumentos de paz.

La paciencia como fortaleza cristiana

Fragmento:

“La paciencia es compañera inseparable de la caridad.”

— Santo Tomás de Aquino, Suma Teológica, II-II, q. 136, a. 4.

Reflexión:

La paciencia no es mera resignación, sino fuerza interior que nace del amor y la confianza en Dios. Nos permite soportar las penas sin perder la paz. Hoy, abramos el corazón a esta virtud y practiquémosla especialmente con quienes más nos cuesta

El amor al deber de cada día

Fragmento:

“La mayor penitencia es cumplir bien los propios deberes de estado.”

— San Josemaría Escrivá, Camino, n.º 567.

Reflexión:

Lo que Dios nos pide está en lo que debemos hacer cada día: con orden, generosidad y amor. Hoy, asumamos nuestras tareas ordinarias como medio de santificación, sabiendo que todo lo que se hace por amor a Dios tiene valor eterno.

La importancia del recogimiento interior

Fragmento:

“No encontrarás a Dios en el ruido ni en la agitación, sino en la calma de un corazón recogido.”

— San Bernardo de Claraval, Sermón sobre los Cantares, n.º 1.

Reflexión:

Dios habla en lo profundo del alma. Solo un corazón silencioso y pacificado puede escuchar su voz. Hoy, hagamos el esfuerzo de guardar algunos minutos de verdadero recogimiento para encontrarnos con Él.

La confianza filial en la Providencia

Fragmento:

“No os preocupéis por vuestra vida… vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas esas cosas.”

— Cfr. Mateo 6, 25.32

Reflexión:

Dios cuida de cada uno de nosotros como un Padre amoroso. Él ve lo que no vemos, y provee lo que necesitamos. Hoy, abandonemos nuestras ansiedades en sus manos y vivamos el momento presente con fe y paz interior.