
Fragmento:
“Me amó y se entregó por mí.”
— Cfr. Gálatas 2, 20.
Reflexión:
No somos amados “en general”, sino personalmente, con amor eterno e individual. Jesús dio su vida por cada uno. Hoy, dejemos que esta verdad nos llene de humildad, gratitud y deseo de vivir sólo para Él.
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