
Fragmento:
“Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón.”
— Cfr. Mateo 11, 29.
Reflexión:
La mansedumbre del Corazón de Jesús nos enseña a responder al mal con el bien, a la ofensa con el perdón. Hoy, pidamos la gracia de imitar su mansedumbre en nuestras relaciones cotidianas, para ser instrumentos de su paz.
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