Fragmento:
“El temor de Dios es el principio de la sabiduría. No se trata de un miedo servil, sino de un respeto profundo y reverente hacia la majestad y justicia de Dios. Este temor nos aparta del pecado y nos impulsa a vivir de acuerdo con su voluntad.”
— San Agustín, Enarrationes in Psalmos, Ps. 111.
Reflexión:
El santo temor de Dios es un regalo que nos permite ver la grandeza de Dios y nuestro lugar como criaturas suyas. Nos ayuda a comprender la seriedad del pecado y el valor de vivir conforme a los mandamientos divinos. Este temor no nos aleja de Dios, sino que nos acerca más a Él, reconociendo su justicia y misericordia. Hoy, pidamos a Dios que nos conceda el don del santo temor, para que podamos vivir siempre bajo su mirada amorosa.
Descubre más desde ARCADEI
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.