
Fragmento:
«Si no tengo caridad, nada soy.»
— Cfr. 1 Corintios 13, 2.
Reflexión:
Las obras más brillantes carecen de valor si no nacen del amor a Dios y al prójimo. Hoy, pidamos al Señor un corazón encendido de caridad que se traduzca en obras concretas de bien.
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