
Fragmento:
“Orad sin cesar.”
— 1 Tesalonicenses 5, 17.
Reflexión:
La oración es el alimento del alma, la respiración del espíritu. No se trata de muchas palabras, sino de vivir en presencia de Dios, elevando el corazón a Él en todo momento. Hoy, procuremos mantener breves actos de oración en medio de nuestras tareas.
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