
Fragmento:
“No encontrarás a Dios en el ruido ni en la agitación, sino en la calma de un corazón recogido.”
— San Bernardo de Claraval, Sermón sobre los Cantares, n.º 1.
Reflexión:
Dios habla en lo profundo del alma. Solo un corazón silencioso y pacificado puede escuchar su voz. Hoy, hagamos el esfuerzo de guardar algunos minutos de verdadero recogimiento para encontrarnos con Él.
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