
Fragmento:
“La obediencia vale más que los sacrificios.”
— Cfr. 1 Samuel 15, 22.
Reflexión:
Obedecer a Dios con docilidad es la mayor prueba de amor. No se trata de un sometimiento ciego, sino de una entrega confiada que busca cumplir su voluntad en lo pequeño y en lo grande.
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