Jesucristo te ha mandado parte de su Cruz

Publicado por: Servus Cordis Iesu

Con su providencia el Señor dispone que las contrariedades de este mundo sirvan de freno al pecado y de escala para subir al Paraíso, porque alejan el corazón del hombre del apego a las realidades terrenas, que es un considerable obstáculo para nuestra salvación. De esto hay que estar convencidos, sabiendo que la cruz es el camino regio para el Paraíso, por el que ha pasado nuestro Señor Jesucristo y hemos de recorrer tanto más nosotros sus criaturas, si queremos alcanzar el Paraíso para el que hemos sido creados.

¿Estás muy afligido y angustiado? Entonces te encuentras en el camino verdadero y seguro que conduce al cielo. Te debo, sin embargo, advertir que no basta con cargar la cruz para salvarse; es indispensable soportarla como Cristo y con Cristo. Con Cristo, esto es, con su santa gracia, sin la cual toda acción y sufrimiento nuestros carecen de mérito; y como Cristo, es decir, con sentimientos de humildad, paciencia, resignación, con los cuales él ha llevado la suya. Solo aquéllos que, con Él y como Él, llevan su cruz y participan en su Pasión son dignos de participar de su gloria. Por tanto, trata de llevar tu cruz con la ayuda de Cristo, alejando de ti lo que pueda privarte de los méritos de la misma y, como Cristo, sometiéndote con humildad y resignación a la voluntad divina, para que, cargándola sobre ti como cristiano y seguidor de Jesucristo te sirva de escala rápida y segura para alcanzar aquella gloria que Dios tiene preparada para aquellos que así llevan su cruz. Reflexionando así, tu espíritu tendrá la fuerza, el valor y la fortaleza del buen soldado de Cristo.

Te lo repito: el Señor, que nos ha salvado mediante la cruz, dispone que también nosotros nos salvemos por ella, y por eso va distribuyendo cruces por las casas y a todo tipo de personas, según considera que es lo mejor para su gloria y nuestro bien. Dichosos los que sepan llevarlas con paciencia y resignación cristianas, porque se servirán de ellas como de otras tantas gradas para alcanzar mayor gloria en el Paraíso. A ti, Dios nuestro Señor te ha concedido una parte.

Yo pediré incesantemente te acreciente la paciencia y la resignación, para que puedas alcanzar aquella gloria sublime que te tiene preparada allá arriba, donde le darás gracias por haberte favorecido con una parte de su cruz.

Si el sumo pontífice te mandase de Roma una reliquia de la Santa Cruz, la recibirías con gran reverencia y devoción, y le darías las gracias por haberte hecho tan grande honor y favor. Pues bien, Jesucristo, Sumo Pontífice, te ha mandado del cielo parte de su Cruz: son las enfermedades que te afligen. Llévala por amor suyo, sopórtala con resignación, dale gracias por tal favor que Él reserva para las almas predilectas.

Fuente: De las Cartas del Venerable Ignacio de Santhiá, presbítero