Dios será testigo en el Juicio
Posted by: Nycticorax
En el juicio final, al que todo hombre tendrá que asistir no faltarán acusadores y testigos. Porque testigos serán nuestras mismas conciencias, que clamarán contra nosotros, y testigos serán también todas las criaturas de quien mal usamos y, sobre todo, será testigo el mismo Señor a quien ofendimos, como Él mismo lo significa por un profeta, diciendo: “Yo seré testigo apresurado contra los hechiceros y adúlteros y perjuros, y contra los que andan buscando calumnias para quitar al jornalero su jornal, y contra los que maltratan a la viuda y al huérfano, y fatigan a los peregrinos y extranjeros que poco pueden y no miraron que estaba Yo de por medio, dice el Señor” (Mal 3, 5).
Pues ¿qué sentirá entonces cada uno de los malos cuando entre Dios con él en este examen y allá dentro de su conciencia le diga así: Ven acá, hombre malaventurado. ¿Qué viste en mí, porque así me despreciaste y te pasaste al bando de mi enemigo? Yo te levanté del polvo de la tierra, y te crié a mi imagen y semejanza, y te di virtudes y gracia con que pudieses alcanzar mi gloria. Mas tú, menospreciando los mandamientos de vida que yo te di, quisiste más seguir la mentira del engañador que el consejo saludable de tu Señor.
Para librarte de esta caída descendí del cielo a la tierra, donde padecí los mayores tormentos y deshonras que jamás se padecieron. Por ti ayuné, caminé, velé, trabajé y sudé gotas de sangre. Por ti sufrí persecuciones, azotes, blasfemias, escarnios, bofetadas, deshonras, tormentos y cruz. Por ti, en fin, nací en mucha pobreza, viví con muchos trabajos, morí con gran dolor.
Testigos son esta cruz y clavos que aquí aparecen; testigos estas llagas de pies y manos que en mi cuerpo quedaron; testigos el cielo y la tierra, delante de quien padecí, y testigos el sol y la luna, que en aquella hora se eclipsaron.
Pues ¿qué hiciste de esa alma tuya, que yo con mi sangre hice mía? ¿En qué servicio empleaste lo que yo compré tan caramente? ¡Oh generación loca y adúltera! ¿Por qué quisiste más servir a ese enemigo tuyo con trabajo que a mí, tu creador y redentor, con alegría?
Os llamé tantas veces, y no me respondisteis; toqué a vuestras puertas, y no despertasteis; extendí mis manos en la cruz, y no las mirasteis; despreciasteis mis consejos y todas mis promesas y amenazas.
Pues ¿qué responderán aquí los malos, los burladores de las cosas divinas, los mofadores de la virtud, los menospreciadores de la simplicidad, los que tuvieron más cuenta con las leyes del mundo que con las de Dios, los que a todas sus voces estuvieron sordos, a todas sus inspiraciones insensibles, a todos sus mandamientos rebeldes y a todos sus azotes y beneficios ingratos y duros? ¿Qué responderán los que vivieron como si creyeran que no había Dios y los que con ninguna ley tuvieron cuenta sino con solo su interés?
¿Qué haréis los tales, dice Isaías, en el día de la visitación y calamidad que os vendrá de lejos? ¿A quién pediréis socorro y qué os aprovechará la gloria de vuestras riquezas, para que no seáis llevados cautivos en hierros y caigáis entre los muertos?
Fuente: Fray Luis de Granada O.P., Obra Selecta