Imitación de Cristo (II)
Posted by: Corim
El óbolo de la viuda
Todos los hombres naturalmente desean saber, mas ¿qué aprovecha la ciencia sin el temor de Dios? Por cierto, mejor es el rústico humilde que le sirve que el soberbio filósofo que, dejando de conocerse, considera el curso de los astros. El que bien se conoce, tiénese por vil y no se deleita en loores humanos. Si yo supiese cuanto hay que saber en el mundo, y no tuviese caridad, ¿qué me aprovecharía delante de Dios, que me juzgará según mis obras?
Leer más...La práctica de la humildad (XI)
Posted by: Ioseph
San Francisco de Asís apedreado por niños
Para crecer más en esta virtud y para endulzar y familiarizarte con las humillaciones te sería muy provechoso que te representaras a menudo en la imaginación las afrentas que te pueden sobrevenir y te esforzaras en aceptarlas, aun a costa de la naturaleza recalcitrante, como prenda segura del amor que Dios te tiene y como medio seguro de santificación. Quizá para ello tendrás que sostener muchos combates; pero sé valiente y esforzado en la pelea hasta que te sientas firme y decidido a sufrirlo todo con alegría por amor de Jesucristo.
Leer más...La práctica de la humildad (X)
Posted by: Ioseph
Santo Domingo de Guzmán
Considera también los ejemplos que nos han dejado los santos de la antigua y nueva Alianza.
Isaías, aquel profeta tan virtuoso y observante, se creía impuro delante de Dios, y confesaba que toda su justicia, es decir, sus buenas obras, eran como un paño lleno de suciedad. Daniel, a quien el mismo Dios llamó santo, capaz de detener con su oración la cólera divina, hablaba a Dios como un pecador que está lleno de vergüenza y confusión.