El retiro de la Iglesia I

Posted by: Lotario de Segni

Vaticano 01 (03b)

-¿Creen ustedes que antes del fin vendrá una gran apostasía?
-Eso es de fe -intervino Mungué-. San Pablo lo dice y Nuestro Señor mismo lo afirmó:
“Cuando Yo vuelva, ¿Creéis que hallaré fe en la tierra?”
-¿Creen ustedes que una apostasía general sería posible si la Iglesia estuviera vigente, llena de pureza, de justicia de caridad y de luz? Es imposible. La gran apostasía hace concebible la gran persecución; pero la gran apostasía no es concebible sin una gran contaminación…
-Siempre ha existido contaminación -dijo la señora- y existirá, según la parábola de la cizaña:
“hasta el tiempo de la siega…”
-Justamente -dijo el viejo- y hacia el tiempo de la siega es cuando el lolio -que esa planta y no la cizaña ni el abrojo indicó el Divino Maestro-, es cuando el lolio se parece más al trigo…
-¡Ojo! -dijo Mungué- la Iglesia siempre se distinguirá de las sectas por sus cuatro notas: una, santa, católica y apostólica.
-Ni los faros se ven bien en tiempo de niebla -pronunció sibilinamente el rabino…
-¡Eso es herejía protestante! -acusó Fulgencio- ¡El error de la Iglesia invisible!
El viejo lo miró en silencio un instante y prosiguió:
-La condición del mundo cuando venga Cristo será análoga a la que tenía cuando lo dejó. El Rey de los Profetas para ver al mundo futuro, desde aquel montículo de Jerusalén desde el cual se veía el Templo, y ¡ay! el Calvario, no tuvo más que mirar su propia situación presente, ponderarla con amargura, y ampliarla en todas direcciones […]
-¿De qué modo entrará a reinar el fariseísmo en la Iglesia como antaño en la Sinagoga? -dije yo alarmado-. La promesa de Cristo de asistencia perenne a su Iglesia y su conducción por el Paráclito… eso parece destruirla de raíz.
-Y la destruye -dijo el Mónaco.
-¿Por qué? -dijo el rabino-. Las mismas promesas o parecidas fueron hechas a la Sinagoga por los profetas; y justo en el punto en que esas promesas estaban por fallar, envió Dios a su Hijo para mantenerlas; el cual dijo:
“En la cátedra de Moisés se sentaron los escribas y fariseos; haced pues todo lo que os dijeren, pero no hagáis conforme a sus obras” (Mt. 23, 2-3). Pues la doctrina no faltó nunca; faltó el ejemplo.
-Pero eso es sumamente peligroso de predicar -dijo Mungué-, porque el pueblo perderá la confianza en la Jerarquía.
-Yo no lo predico: solamente lo temo -dijo mansamente el judío-.

Fuente: R.P. Leonardo Castellani, Cristo y los fariseos, ediciones Jauja, 16 de noviembre de 1999, Mendoza, Argentina