Por fin mi Inmaculado Corazón triunfará (I)

Posted by: Thomas

Inmaculado Corazón 04 (12)

INTRODUCCIÓN.

Hoy comenzamos esta serie de publicaciones en las que trataremos de transmitir un mensaje del cielo, el mensaje que la Santísima Virgen nos ha traído a todos nosotros en la lejana Fátima, en Portugal.
Como así también, meditaremos las apariciones de Pontevedra y Tuy, lugares donde la Virgen completó el mensaje de Fátima.

Los hechos principales transcurrieron durante el año 1917. Europa se encontraba en plena guerra mundial, durante la cual el hambre, la muerte, el odio, la miseria, se extendían por doquier, todos los pueblos clamaban al Cielo pidiendo Paz y Misericordia. Junto a este panorama desolador, se suma la situación catastrófica de Rusia, en la que la caída del Zar da inicio a un período de oscuridad con el régimen comunista, que luego se “esparcirá por todo el mundo”, como lo anunció la Santísima Virgen, sembrando el odio a Dios, y a Su Iglesia.
Ya el año anterior Portugal se une al conflicto mundial y muchos de sus hijos marchan al campo de batalla. Es entonces cuando el llanto de las madres portuguesas se une al de las madres de otros países que ven a sus hijos en peligro de muerte o que caen abatidos por el fuego enemigo.
A este dolor se suma el de otra Madre, nuestra Madre del cielo, que ve morir a muchos de sus hijos, no ya en la guerra, sino en la condenación eterna. Esta amorosa Madre ve muchas almas que se pierden y se perderán eternamente en el fuego del infierno, como les mostrará a los pequeños pastorcitos. Durante las apariciones la ven triste, y en su dolor Ella les pide que hagan penitencia para evitar la pérdida eterna de sus pequeños hijos a causa del pecado. Para evitar esto, Dios nos pide la devoción al Corazón Inmaculado de María. Ella es el camino seguro, la vía directa para alcanzar la salud del alma y la vida eterna.

Este es el tiempo indicado, el momento oportuno para abrazar esta devoción fundamental en la vida del cristiano, pues por Voluntad Divina debe reinar el Corazón de María en cada ser humano, en cada familia, en cada pueblo, en cada nación, en el mundo entero; porque hoy, aunque no estemos en guerra como en 1917, nos sentimos amenazados y perseguidos, vemos que el mal y la oscuridad se van extendiendo en todos los ámbitos. Entonces como en aquellos años sube nuestra oración: RUEGA POR NOSOTROS SANTA MADRE DE DIOS, sólo en vos se encuentra la Paz, sólo en Vos se encuentra la salud del cuerpo y del alma, sólo en Vos se encuentra la esperanza, sólo en Vos y por Vos encontramos a Jesús.
Iniciamos pues este camino, lo recorreremos con corazón humilde y sencillo, pues el verdadero SECRETO que encierra, sólo lo pueden comprender los pobres y humildes, los que son como niños.