San Andrés, y el Amor a la Cruz

Posted by: Corim

San Andrés 01 (01)

Hoy 30 de noviembre, la Iglesia celebra la fiesta de este santo Apóstol.
Los santos Evangelios nos lo muestran, junto con San Juan Evangelista, como los primeros que reconocen al Mesías, al oír la voz del Precursor que identificaba a Jesús como el Cordero de Dios; ellos lo siguieron para que les muestre dónde vivía, y nos dicen las Escrituras que Jesús los invitó a ir a ver su morada, y se quedaron con Él todo el día.
  
Asimismo, leemos en los escritos Sagrados, que Andrés fue luego en busca de su hermano Simón para decirle que había hallado al Mesías. San Andrés no se guardó para sí tamaño descubrimiento, como es el encontrar al Salvador de su pueblo, al Hijo de Dios, sino que fue enseguida a ver a su hermano, quien será luego la Piedra sobre la cual Cristo mismo edificará su Iglesia.
Aquí ya podemos ver un primer aspecto que nos sirve para la meditación: el espíritu de apostolado que surge necesariamente luego del primer encuentro con Cristo. Igual que San Andrés, nosotros debemos procurar contagiar a nuestro alrededor el mensaje de Cristo, quizás no tanto con las palabras, sino más bien con la vida.
  
No podemos callarnos después de haber encontrado la Verdad. Debemos dejar invadirnos por el santo espíritu de apostolado y dejar de lado la apatía y el desgano, pues tenemos en nuestro corazón la semilla de la verdad, y el mundo está esperando nuestro testimonio de vida coherente.
Pensemos cuántos pasan a nuestro lado durante todo un día: compañeros de trabajo, de estudio, personas que comparten nuestra vida, esposa, esposo, hijos, padres, amigos, vecinos, etc., etc. Ellos deben ver en nosotros, a través de nuestro trato caritativo, que nosotros también hemos encontrado la Verdad de Cristo, y hemos dejado todo para seguirlo; hemos dejado la comodidad, la grosería, el egoísmo, la avaricia, la impiedad, la vida de pecado, etc.; y hemos abrazado la vida que nos ofrecía el mismo Jesús a través de la fidelidad a su Iglesia, que se manifiesta necesariamente a través de una vida verdaderamente santa.
  
Otro aspecto a tener en cuenta de este santo es el significado de su nombre. El nombre
Andrés es traducido por algunos como: Amor a la Cruz; precioso programa de vida que podemos adoptar en este santo tiempo de Adviento: Amar la Cruz. No solamente las cruces bellas que vemos en los templos o en hermosas estampas, que nos recuerdan el Amor Misericordioso de Dios; sino la cruz santísima de la Voluntad de Dios para cada uno de nosotros en cada momento.
En estos tiempos tan malos debemos abrazar la cruz diaria de la fidelidad en el matrimonio, de la honestidad en el trabajo, de la pureza en la juventud; la cruz de la responsabilidad en el estudio, en las prácticas de algún deporte, etc. También debemos amar las cruces que parecen más insignificantes como el calor, la sed, el cansancio, el insomnio, el hambre, y, como dice San Luis María de Montfort, podemos y debemos amar la Cruz que se nos presenta a cada momento, hasta en la picadura de un mosquito.
  
Como podemos ver, son muchísimas las ocasiones concretas en las que podemos amar la Cruz, y no quedarnos considerando hermosas ideas, como por ejemplo
“qué hermoso seria morir mártir”; y cuando debo verdaderamente amar la santa cruz de la Voluntad de Dios en ese que me pide un vaso con agua, porque estoy cansado se lo doy con desgano.
 
La verdadera santidad se puede resumir en una simple frase:
Perfectos en la oración, perfectos en la acción, sólo por amor a Dios.
  
Que San Andrés nos alcance de Dios la gracia de obtener un espíritu apostólico que desee ardientemente propagar la Verdad de nuestra Fe a todos los que nos rodean. Y un amor verdadero y un deseo ardiente por abrazar la Cruz de Cristo que sale a nuestro encuentro a cada instante, hasta en las situaciones más comunes y ordinarias de cada día.