
Fragmento:
“Si confesamos nuestros pecados, fiel y justo es Él para perdonarnos los pecados y purificarnos de toda iniquidad.”
— 1 Juan 1, 9.
Reflexión:
La Sangre de Cristo nos purifica y nos devuelve la amistad con Dios cada vez que acudimos con humildad al sacramento de la confesión. Hoy, renovemos nuestro propósito de mantenernos en gracia y de acudir a la misericordia del Señor con confianza.