Dios, refugio en las pruebas

Fragmento:

“Dios es nuestro amparo y fortaleza, socorro en las tribulaciones, siempre pronto.”

— Salmo 45, 2.

Reflexión:

Cuando la vida parece difícil y todo se tambalea, el alma fiel encuentra en Dios su roca. Él nunca abandona a quienes en Él confían, sino que los fortalece y acompaña. Recordar esto en la tribulación es fuente de esperanza y paz.

El descanso en Dios

Fragmento:

“Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré.”

— Mateo 11, 28.

Reflexión:

En Cristo hallamos el alivio que el mundo no puede dar. Su yugo es suave porque lo llevamos con amor, y su carga ligera porque la comparte con nosotros. Descansar en Él es aprender a confiar plenamente.

El silencio fecundo

Fragmento:

“En la tranquilidad y en la confianza estará vuestra fortaleza.”

— Cfr. Isaías 30, 15.

Reflexión:

El alma que calla para escuchar a Dios se fortalece. El silencio no es vacío, sino un espacio donde la voz divina se hace clara. En medio del ruido del mundo, aprender a callar es aprender a vivir en la presencia de Dios, dejando que su palabra nos sostenga y nos guíe.

La fe que agrada al Corazón de Dios

Fragmento:

“Sin fe es imposible agradar a Dios.”

— Cfr. Hebreos 11, 6.

Reflexión:

La fe es la llave que abre las puertas del Corazón de Dios. No se trata de entender todo, sino de confiar plenamente en su Palabra. Hoy, renovemos nuestra fe, incluso si sentimos oscuridad. Dios no falla.