
Fragmento:
“Dios no se deja vencer en generosidad: cuanto más damos de nosotros mismos, más recibimos de Él.”
— San Claudio de la Colombière.
Reflexión:
La entrega a Dios nunca empobrece; al contrario, ensancha el alma y la colma de gozo. El corazón que se abre a su voluntad se convierte en un recipiente que Él llena sin medida.