
Fragmento:
“No amemos de palabra y de lengua, sino con obras y en verdad.”
— 1 Juan 3, 18.
Reflexión:
La caridad auténtica no busca aplausos ni reconocimiento. Es humilde, constante, discreta. Hoy, hagamos una obra de amor sin decirlo, sin explicarlo, sin esperar nada a cambio. Que nuestra caridad sea como la de Cristo: silenciosa y fecunda.