ORACIÓN INICIAL PARA TODOS LOS DÍAS
Padre celestial, Padre amorosísimo, que para salvar las Almas quisiste que tu Hijo unigénito, tomando carne humana en las entrañas de una Virgen purísima, se sujetase a la vida más pobre y mortificada, y derramase su Sangre en la cruz por nuestro amor: Compadécete, de las benditas almas del Purgatorio y líbralas de sus horrorosas llamas. Compadécete también de la mía, y líbrala de la esclavitud del vicio.
Y si tu Justicia divina pide satisfacción por las culpas cometidas, yo te ofrezco todas las obras buenas que haga en este Novenario. De ningún valor son, es verdad; pero yo las uno con los méritos infinitos de tu Hijo divino, con los dolores de su Madre santísima, y con las virtudes heroicas de cuantos justos han existido en la tierra. Míranos, vivos y difuntos, con compasión, y haz que celebremos un día tus misericordias en el eterno descanso de la gloria. Amén.
CONSIDERACIONES PARA EL DÍA OCTAVO
Otra pena, en extremo amarga para aquellas benditas almas, es el pensar que durante su vida usó Dios con ellas de muchas misericordias especiales que no tuvo con los demás, y ellas con sus pecados le obligaron a que las condenara, aunque después por su misericordia las haya perdonado y salvado, viéndolas arrepentidas.
Mírame aquí, ¡oh Dios mío! Yo soy uno de aquellos ingratos que después de haber recibido de Ti tantas gracias, he despreciado tu amor y te he obligado a condenarme. Gracias te doy por la misericordia y paciencia que has tenido en esperarme, me arrepiento con toda mi alma de haberte ofendido, y propongo la enmienda con tu gracia. Ten piedad de mí y de aquellas benditas almas que habiendo podido llegar a un alto grado de perfección en la tierra, merecen ahora estar más tiempo en el Purgatorio por sus continuas infidelidades a los llamamientos de tu gracia.
Y Tú, Virgen fidelísima, interpone tus méritos en su favor.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria
Se pide interiormente a Cristo crucificado lo que desea conseguir por medio de esta novena para sufragio de las almas del Purgatorio.
ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS
Oh María, Madre de misericordia: acuérdate de los hijos que tienes en el purgatorio y, presentando nuestros sufragios y tus méritos a tu Hijo, intercede para que les perdone sus deudas y los saque de aquellas tinieblas a la admirable luz de su gloria, donde gocen de tu vista dulcísima y de la de tu Hijo bendito.
Oh glorioso Patriarca San José, intercede juntamente con tu Esposa ante tu Hijo por las almas del purgatorio. Amén.
Dales, Señor el descanso eterno, y brille para ellas la Luz que no tiene fin.
Que descansen en paz. Amén.
Que las almas de todos los fieles difuntos, por la misericordia de Dios descansen en paz. Amén.
Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.
San José, ruega por nosotros.