El amor que consume

Fragmento:

“Muero porque no muero.”

— Santa Teresa de Jesús.

Reflexión:

El corazón enamorado de Dios desea la unión plena con Él. Este anhelo de eternidad nos impulsa a vivir en caridad ardiente aquí en la tierra, preparándonos para el encuentro definitivo en el cielo.

La fidelidad en lo pequeño

Fragmento:

“El que es fiel en lo poco, también es fiel en lo mucho.”

— Lucas 16, 10.

Reflexión:

La santidad se construye en los detalles. Ser fiel en lo pequeño es la mejor preparación para las grandes pruebas, y es el signo de un corazón entero para Dios.

El amor como plenitud de la ley

Fragmento:

“La caridad es la plenitud de la ley.”

— Cfr. Romanos 13, 10.

Reflexión:

Toda norma y todo mandamiento tienen su raíz en el amor. Sin él, la ley se convierte en carga; con él, se transforma en camino de libertad y alegría. Amar es cumplir con perfección la voluntad de Dios.

El mandamiento del amor

Fragmento:

“Amarás a tu prójimo como a ti mismo.”

— Cfr. Mateo 22, 39.

Reflexión:

El amor al prójimo no es una opción, sino un mandato divino. Y es la medida concreta de nuestro amor a Dios. Amar de verdad implica buscar sinceramente el bien del otro, perdonar, servir y acompañar, aunque nos cueste.

La paz como fruto del orden

Fragmento:

“La paz es la tranquilidad en el orden.”

— San Agustín, De Civitate Dei, XIX, 13.

Reflexión:

La paz no es simple ausencia de conflictos, sino armonía de todas las cosas en el lugar que Dios les dio. Cuando nuestra vida está ordenada a Él, el corazón descansa, y aun en medio de las tormentas, nada puede robarnos la serenidad interior.