La oración perseverante

Fragmento:

“Es necesario orar siempre y no desfallecer.”

— Cfr. Lucas 18, 1.

Reflexión:

La oración es como el aliento del alma: sin ella, el espíritu desfallece. Perseverar, incluso cuando parece que Dios calla, es prueba de fe y confianza en su amor providente.

El silencio fecundo

Fragmento:

“El silencio es la lengua de los ángeles.”

— San Bernardo de Claraval.

Reflexión:

En un mundo lleno de ruidos, el silencio se convierte en un bien escaso y necesario. Guardar silencio interior y exterior abre espacio a la voz de Dios y nos dispone a escuchar con amor.

La vigilancia contra la tentación

Fragmento:

“Velad y orad para no caer en tentación.”

— Cfr. Mateo 26, 41.

Reflexión:

El enemigo acecha, pero el alma vigilante y orante está preparada. La oración fortalece, la vigilancia preserva. Así se mantiene la pureza del corazón en medio de un mundo lleno de peligros.