
Fragmento:
«Dios resiste a los soberbios y da su gracia a los humildes.»
— Cfr. Santiago 4, 6.
Reflexión:
La humildad abre las puertas de la gracia, porque reconoce que todo lo bueno viene de Dios. Hoy, practiquemos la humildad con sencillez: aceptemos la verdad de lo que somos, sin comparaciones y sin buscar ser alabados.