María, Madre y Reina del cristiano

Fragmento:

“Si el temor os turba, acudid a María; si el orgullo os levanta, mirad a María; si el dolor os oprime, llamad a María.”

— San Bernardo de Claraval, Homilía en el nombre de María.

Reflexión:

En María encontramos consuelo, guía, fortaleza y ternura. Ella nos lleva a Cristo, nos enseña a orar, a confiar y a perseverar. Hoy, pongamos en sus manos todo nuestro ser, y consagrémosle nuevamente nuestra vida, seguros de su protección maternal.

La paz como fruto de la obediencia a Dios

Fragmento:

“Mucha paz tienen los que aman tu ley, y nada los hace tropezar.”

— Salmo 118, 165.

Reflexión:

La paz no es ausencia de dificultades, sino la serenidad interior que brota de una conciencia recta y de una vida vivida según la voluntad de Dios. Hoy, examinemos si hay algo que nos quita la paz, y pongámoslo en manos del Señor con sincera docilidad.

La pobreza de espíritu

Fragmento:

“Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos.”

— Mateo 5, 3.

Reflexión:

El pobre de espíritu es aquel que no se apoya en sí mismo ni en las cosas de este mundo, sino que depende sólo de Dios. Hoy, vivamos con sencillez, desprendidos del querer tener, dominar o aparentar, y pongamos nuestra confianza sólo en el Señor.

La obediencia amorosa de María

Fragmento:

“He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.”

— Lucas 1, 38.

Reflexión:

María es el modelo perfecto de obediencia a la voluntad de Dios. Su fiat cambió la historia. Hoy, miremos a la Virgen y aprendamos de ella a decir sí a Dios en lo concreto de nuestra jornada, con humildad, prontitud y amor.

La perseverancia final

Fragmento:

“La corona no se da al que empieza bien, sino al que acaba fiel.”

— San Jerónimo, Carta a Demetríades.

Reflexión:

La perseverancia es la prueba del amor. No basta haber comenzado bien: hay que terminar en gracia, en fidelidad, en unión con Dios. Hoy, renovemos nuestro propósito de perseverar cada día, confiando no en nuestras fuerzas, sino en la gracia que nunca falta.