Publicado por: Servus Cordis Iesu
De igual manera que habéis recibido y recibiréis las alegrías -las de hoy y las de mañana- con filial reconocimiento y prudente moderación, acogeréis con espíritu de fe y sumisión los misterios dolorosos del porvenir, cuando llegue su hora. ¿Misterios? Es el nombre que el hombre da con frecuencia al dolor, porque si no acostumbra a buscar una significación a sus gozos, querría en cambio, con su corta vista, saber la razón de sus desventuras, y sufre doblemente cuando no ve aquí abajo su por qué. La Virgen del Rosario, que es también la del “Stabat” en el Calvario, os enseñará a estar en pie bajo la cruz, por muy densa que pueda ser su sombra, porque comprenderéis con el ejemplo de esta “Mater dolorosa” y reina de los mártires, que los designios de Dios superan infinitamente los pensamientos de los hombres, y que aun cuando hieren el corazón, están inspirados por el más tierno amor de nuestras almas.
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