La oración hace al alma humilde y fuerte

Publicado por: Servus Cordis Iesu

Siempre fue, es y será, en el cielo y en la tierra, muy válida la humildad, pues vemos que, no solamente en la casa de Dios, que es su Iglesia, levantan al que se humilla, pero en medio del mundo y de sus valedores tiene el humilde su lugar y suprema estima; de manera que tiene su justo valor esta soberana virtud, no solamente entre virtuosos pero aun entre viciosos; no solamente entre humildes es estimada, pero los ambiciosos la adoran; pues ellos al que ven rendido y humilde lo encaraman y ensalzan, y el vicioso y vano de todos es aborrecido, a todos cansa; y así por singular loa de esta virtud pone San Bernardo que tiene cabida por los hombre soberbios, con ángeles humildes y con el mismo Dios. Por lo cual el bienaventurado Santo Tomás entre gran número de virtudes le da palma.

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Domingo de Sexagésima

Publicado por: Servus Cordis Iesu

La Iglesia en la Semana de la Septuagésima toma por asunto de los oficios la historia de la creación y de la caída del primer hombre, y en la de la Sexagésima ha elegido en la Escritura la historia de la reparación del género humano después del diluvio. La primera contiene la historia del Génesis desde Adán hasta Noé, y esta desde Noé hasta Abrahán comprende la segunda edad del mundo.

La Epístola de la misa no es otra cosa que la historia o descripción que el mismo san Pablo hace a los corintios de sus trabajos evangélicos, de sus sufrimientos, de su arrebatamiento al tercer cielo, de sus tentaciones, y de todo lo que ha creído que convenía decir de sí para oponerlo a la vanidad de los falsos apóstoles, que no omitían nada para hacerse valer y para desacreditar a san Pablo entre los corintios. (P. Jean Croisset, El año cristiano)

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La espiritualidad en San Luis María

Publicado por: Servus Cordis Iesu

Durante sus estudios en San Sulpicio, San Luis María Griñón de Montfort, se asimiló cuantas obras contenía la biblioteca sobre la Santísima Virgen, en ellas se alimentó su piedad y desde el principio de su carrera apostólica, su predicación y sus escritos dan testimonio de una riqueza de doctrina sacada toda de la tradición, de los Padres y Doctores de la Iglesia. De ahí procede la seguridad de su doctrina reconocida por Pío X con ocasión de la encíclica “Ad illum diem” en que el Papa la hace suya. Esta doctrina vivida por un alma de fuego, predicada en numerosas misiones al pueblo, se halla condensada en el breve y maravilloso “Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen”, escrito en la Rochela, en el verano de 1712, con mucha prisa, y sin ningún alarde literario, pero abundante de piedad filial; de ahí su inmensa popularidad que crece constantemente.

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Papas Santos – Gregorio II

Publicado por: Servus Cordis Iesu

Gregorio nació en Roma; fue un hombre notable por su piedad y observancia regular. Debido a esto, el papa san Sergio I lo ordenó subdiácono. Bajo los cuatro papas siguientes fue tesorero de la iglesia, y después bibliotecario encargado de comisiones importantes. Eran tan grandes su sabiduría e ilustración, que fue elegido para acompañar al papa Constantino a Constantinopla, cuando éste fue convocado para discutir con el emperador Justiniano II ciertas dificultades y diferencias que se habían presentado en el Concilio de Trullo, en 692. 

A la muerte de Constantino, Gregorio fue elegido papa y consagrado en 715.

Dirigió su celo infatigable y vigilante a extirpar las herejías que pululaban y llevar al cabo una reforma de costumbres. Convocó varios sínodos en los cuales se formularon reglamentos disciplinares que promovían la moralidad y reprimían toda clase de abusos. Hizo levantar nuevamente gran parte de las murallas de Roma contra los lombardos, y restauró muchas iglesias. Tenía sumo cuidado de los enfermos y ancianos; reconstruyó un asilo de ancianos y el gran monasterio que está cerca de la iglesia de San Pablo en Roma; después de la muerte de su madre en el 718, convirtió su casa en el monasterio de Santa Águeda. Ayudó a restablecer la abadía de Monte Casino, a la cual envió al abad san Petronax para que la gobernara, ciento cuarenta años después de que la misma había sido reducida a escombros por los lombardos. San Gregorio envió misioneros para predicar la fe de Cristo en Alemania, y consagró obispos a san Corbiniano y san Bonifacio. En su tiempo, los peregrinos ingleses que iban a Roma aumentaron a tal punto, que fue necesario dedicar una iglesia, un cementerio y una escuela para ellos.

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Santa Bernardita, la vidente de Lourdes

Publicado por: Servus Cordis Iesu

Queriendo ilustrar de manera maravillosa la definición dogmática de Pío IX, que la declaraba Inmaculada en su Concepción, se apareció en un siglo materialista infatuado por su ciencia, a la hija de unos sencillos molineros, pastorcita ignorante de la comarca de Bigorre, que no tenía más conocimientos científicos que los rudimentos del catecismo, y le dijo: “Yo soy la Inmaculada Concepción”. Desde el día 2 de febrero al 16 de julio de 1858, Bernardita Soubirous, a los catorce años, tuvo la dicha de contemplar dieciocho veces la belleza incomparable de la Reina del cielo. Lo único que María le autorizó comunicarnos de sus éxtasis, oraciones y conversaciones, se reduce a estas dos palabras: ¡Oración! ¡Penitencia!. El Señor vino a la tierra no sólo para multiplicar los milagros a su paso, sino para llamar a los hombres a la penitencia y rescatarles con su sangre. Y ahora nuestra Señora se aparece en Lourdes, no para hacer brotar bajo las manos de su confidente la fuente que curará a tantos enfermos, sino para hacer al mundo una llamada apremiante a la penitencia y a la oración, y si pide que se la levante una capilla y que se venga allí en procesión, es para hacer bajar con abundancia sobre las almas los beneficios de la Redención.

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San Cirilo de Alejandría, Obispo y Doctor de la Iglesia

Publicado por: Servus Cordis Iesu

San Cirilo, siendo aún joven fue hecho Obispo de Alejandría en el 412. Inflamado del celo por la salvación de las almas, trabajó por guardar pura de todo error la fe de su redil. Con un ardor y una ciencia admirable defendió contra Nestorio el dogma de la Maternidad divina y siendo legado en el concilio de Éfeso, confundió y condenó al hereje. Murió en el 434. León XIII le ha declarado doctor de la Iglesia universal.

¡Oh Santo Pontífice!, los cielos se regocijan y la tierra salta de gozo al recuerdo del combate con que la Reina del cielo triunfó por tu medio de la antigua serpiente. Oriente te honró siempre como a su luz. Occidente honraba en ti desde ha mucho tiempo al defensor de la Madre de Dios; y he aquí que la solemne mención que consagraba su memoria en los fastos de los santos, no es suficiente hoy a su reconocimiento. Una nueva flor, en efecto, ha aparecido en la corona de María nuestra reina; y esta flor radiante salió del suelo mismo que tú rociaste con tus sudores. Proclamando en nombre de Pedro y de Celestino la Maternidad divina, preparaste a nuestra Señora otro triunfo, consecuencia del primero: La Madre de Dios no podía menos de ser Inmaculada. Pío IX, al definirlo no ha hecho sino completar la obra de Celestino y la tuya; por esto las fechas 22 de julio de 431 y 8 de Diciembre de 1854 resplandecen con el mismo fulgor en el cielo así como han derramado sobre la tierra las mismas manifestaciones de alegría y de amor.

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San Juan de Mata, Confesor

Publicado por Servus Cordis Iesu

Juan de Mata nació en Provenza en 1160. Fue estudiante en París donde se ordenó de sacerdote. Una visión que tuvo celebrando su primera Misa le dio a conocer que estaba destinado a libertar los cautivos de las manos de los infieles. Retiróse a la soledad con san Félix de Valois durante tres años, y después ambos fueron a pedir al Papa la institución de una nueva Orden con el nombre de la Santísima Trinidad, para redimir a los cautivos. Inocencio III aprobó el nuevo instituto el dos de febrero de 1198. De vuelta a Francia, los fundadores levantaron su primer monasterio en Cerfroide, diócesis de Meaux, donde san Félix permaneció como superior. San Juan levantó dos hospicios y rescató numerosos cautivos. Agobiado por las fatigas e inflamado de un grande amor a Dios y al prójimo murió en Roma, el 8 de enero de 1213.

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De la preparación del que ora

Publicado por: Servus Cordis Iesu

Adviértase que nos debemos preparar para la oración. Esta preparación es doble: remota y próxima.

La remota se divide a su vez en interior y exterior. Y la interior es de tres maneras. La primera es la purificación de la conciencia: Si la conciencia no nos condena, tenemos plena confianza ante Dios. Y cuanto pidamos lo recibimos de Él. La segunda es la humillación de la mente, porque el Señor se vuelve a las súplicas de los indefensos, y no desprecia sus peticiones. La tercera es el perdón de las injurias. Cuando queráis poneros en oración, perdonad lo que tengáis contra otros, para que también vuestro Padre del cielo os perdone vuestras culpas.

La preparación exterior es también de tres maneras, la primera de las cuales es el cumplimiento de los mandamientos de Dios, porque como dice Isidoro, si hacemos lo que Dios tiene mandado alcanzaremos sin duda lo que pedimos. La segunda es la reconciliación con el hermano ofendido: Si, cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda. La tercera es que vaya acompañada del ayuno y la limosna pues en ellas se apoya la oración; pues dice Isaías: Parte tu pan con el hambriento, hospeda a los pobres sin techo. Entonces clamarás al Señor y te responderá. 

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Santa Águeda, Virgen y Mártir

Publicado por: Servus Cordis Iesu

La Santa Madre Iglesia propone hoy a nuestra veneración a la virgen siciliana Santa Águeda. Las santas tristezas del ciclo litúrgico en que nos hallamos no han de substraer nada a los homenajes que le son debidos. Cantando sus alabanzas, contemplaremos también sus ejemplos; y ella, desde el cielo, nos mirará sonriente y nos animará a proseguir por el camino único que puede conducirnos a Aquel a quien ella siguió hasta el fin en este mundo y con el que ahora reina eternamente.

Águeda nació en Catania o según piensan otros en Palermo. Sabemos por San Metodio de Constantinopla que era de familia cristiana y que para salvaguardar su virginidad tuvo que sufrir muchos ataques y aún el martirio. Sin embargo, hoy día no poseemos ningún documento contemporáneo ni sobre su vida, ni sobre su martirio del que, incluso la fecha, nos es desconocida. Pronto se extendió su culto por causa de la eficacia milagrosa de su velo contra las erupciones del Etna y de allí se propagó a toda la Iglesia. Su nombre fue incluido por San Gregorio Magno en el Canon de la Misa y en el siglo X se compuso un oficio propio en su honor.

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Dios nos llama a todos a la plena santidad

Publicado por: Servus Cordis Iesu

La divina Sabiduría a todos se ofrece y a todos invita, sin excluir a nadie, ni aun a sus más declarados enemigos, si de veras a ella se convierten y tratan de serle fieles. Llama a grandes y a pequeños, a doctos e ignorantes, a religiosos y seglares, a justos y pecadores, con tal que de corazón se le entreguen y con amor y docilidad la escuchen y se dejen guiar de su dulcísimo espíritu. Promete gloriosos premios a cuantos saben corresponderle. A éstos se les comunicará con todas sus infinitas riquezas.

Por tanto, bien podemos contar todos con estas liberalidades de la divina bondad y misericordia, si de todo corazón confiamos y nos abandonamos en ella, renunciándonos de veras a nosotros mismos. Pues cuando un alma, desconfiando de sí, de su propia ciencia, habilidad y prudencia, tiene siempre puestos los ojos en Dios, entregándose en sus manos y esperándolo de Él todo, nunca deja Él de tomar plena posesión de ella, encargándose por sí mismo de dirigirla y gobernarla y proveerla en todas las cosas.

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